En la conferencia que dio el Procurador
General de la República el día siete de noviembre de dos mil catorce, sobre la
desaparición de los cuarenta y tres estudiantes de Ayotzinapa, Guerrero, ahora
ya se sabe asesinados y quemados, manifestó fastidio, aburrimiento y salió al
paso de las preguntas que le hacían los reporteros con un lacónico “Ya me cansé” como si el tema fuera
de importancia mínima para los padres de los jóvenes y para la nación mexicana;
quizás para Murillo Karam y este gobierno, no tengan mayor importancia estos
jóvenes más que una tentativa firme de olvidarlos; de verdaderamente
enterrarlos bajo el “Ya me cansé”.
La declaración de Murillo Karam no es más
que el reflejo del desinterés del gobierno de enrique Peña Nieto, por la vida
del pueblo llano; lo que realmente les importa es, el negocio incubado desde la
implantación del Neoliberalismo en un sistema político y económico de cuates
(amigos con propósitos gananciales), que tiene como base la corrupción
institucionalizada.
La búsqueda que tanto dio publicidad
Murillo Karam respecto a los jóvenes estudiantes de Ayotzinapa, Guerrero,
(Media Procuraduría/Diez mil elementos), resultó ser solo un derroche de
recursos en aras de un espectáculo montado en una simulación
gubernamental. Lo que dijo el Procurador General (La muerte y forma de la
misma), ya lo había manifestado el padre Solalinde y de ello se desprende
la tardanza y la simulación que ahora quiere terminar con “Ya me canse”, al
parecer para permitir a Peña Nieto salir a China y a Australia en viaje de
negocios que en la realidad solo beneficiaran a los cuates.
Es evidente que, este gobierno le urge que
los casos de matanzas se olviden rápidamente para seguir con el negocio de la
privatización mediante la licitación planeada y torcida desde la presidencia
nacional para beneficiar a los integrantes del propio gobierno, a sus
allegados, a los arribistas y las cúpulas políticas y grandes trasnacionales.
Esto ya es de interés mundial dado a que se está en presencia de un Estado con
marcadas tendencias de corte fascistas que, a la manera de la Italia de Benito
Mussolini y la Alemania de Hitler, solo les importa el poder para fines de
cúpulas partidarias y segmentos sociales seleccionados. No les importan las
vidas que se pierdan a manos del propio ejército, marina o cualquier otra
fuerza pública que debería estar para la seguridad de la nación mexicana.
Ese “Ya
me cansé”, fue la cereza podida de toda una larga lista de corrupciones,
desinterés, simulaciones, dislates, frivolidades e insensibilidad por parte de
este gobierno. Durante el foro Summit 2014, Rodrigo Medina, gobernador de Nuevo
León, México, se pronunció por olvidar el caso de Iguala, Guerrero, quien dijo
“…si bien no se debe minimizar la desaparición de los estudiantes
normalistas de Guerrero, tampoco se deben distraer la opinión pública, los
medios de comunicación y la sociedad en general del crecimiento económico
del país”[i]. Esto da clara idea de la posición del
sistema político mexicano que a toda costa quiere minimizar y hasta hacer
olvidar lo que es lo principal la vida del pueblo mexicano por el crecimiento
económico que solo beneficia a gobernantes, políticos y trasnacionales. Ahí
está resumido el dilema, no solo de los mexicanos sino del mundo en general, el
interés y bienestar general de los pueblos contra el interés y bien particular
de los gobernantes, políticos y dueños de las grandes trasnacionales, mientras
los primeros han sido híper individualizados para enfrentar la vida los
segundos han formado un solo bloque para someter y explotar no solo a los
pueblos sino todos los recursos naturales, minerales, flora, fauna, agua,
petróleo y todo lo que signifique un centavo de ganancia.
Para que los gobernantes, políticos y
dueños del gran capital puedan explotar a placer todos los bienes, servicios y
la mano de obra se deben otorgar las mínimas garantías individuales, los
mínimos derechos humanos en la constitución General. México es un claro ejemplo
de ello, aunque el artículo 39 constitucional manifiesta que la soberanía
nacional reside esencial y originariamente en el pueblo y que este tiene en
todo tiempo el derecho de cambiar su forma de gobierno, en la realidad el
pueblo no tiene ninguna oportunidad de ejercer la soberanía y por ende,
de cambiar su forma de gobierno ni siquiera a sus gobernantes.
El artículo 49 constitucional es el gran
obstáculo para el ejercicio de la soberanía nacional ya que divide la Unidad
soberana en tres (Legislativo, Ejecutivo y Judicial), y les otorga soberanía y
mañosamente dicta que el pueblo ejerce su soberanía a través de los Poderes de
la Unión; es decir, el pueblo nunca puede ejercer la soberanía de manera
directa sino siempre a través de los órganos e instituciones de gobierno. Esto
da al traste con la soberanía popular, el pueblo siempre está en estado de
minoridad.
La Suprema Corte de Justicia de la Nación
mexicana ha negado la consulta popular en temas sobre la privatización de la
industria energética que comprende la petrolera y con esto se le vuelve a negar
el ejercicio soberano de dar su parecer el pueblo respecto a la privatización.
Este tipo de decisiones son los clavos judiciales con los que se cierra el
sarcófago donde yace la soberanía popular. Esto tiene implicaciones serias ya
que el pueblo no podrá intervenir legalmente en las decisiones económicas,
políticas y electorales de fondo y que son de interés general sino
aceptar quiera o no las decisiones tomadas por gobernantes y políticos bajo la
dirección de los dueños de las grandes trasnacionales.
Lo humano ha sido arrojado de la vena
principal de la vida y yace a las orillas como mera mercancía vacía y vaciada
de dignidad humana. Lo económico es ya lo principal sin importar los costos de
todo tipo incluyendo las vidas humanas que se pierdan en su loco avance. La
teoría general está en este trozo de la declaración del gobernador de Nuevo
León Rodrigo Medina “Pero por otro lado
también todas las instancias en materia económica, los distintos sectores,
debemos seguir trabajando y que esto no sea una situación que ahora impida,
insisto, que distraiga este momento tan importante que México tiene en sus
manos”. “Nuevo León está preparado,
dijo, para detonar la reforma energética y ya prepara la mano de obra para las
empresas que se instalen en la entidad”[ii].
Para el gobernador de Nuevo León Rodrigo
Medina como para todos los Neoliberales, la vida de los seres humanos
pertenecientes al pueblo solo tiene sentido si son buena mano de obra fuera de
este proceso solo son problemas y a los problemas tales como masacres,
matanzas, violación de derechos humanos, injusticias no deben distraer a los
sectores involucrados en la producción y prestación de servicios. Esto no
puede ser otra cosa que la subordinación y rebajamiento de la vida por lo
económico.
A la nación mexicana y, a las demás
naciones les debe importar el bien común, el Estado de Derecho, el tratamiento
de la vida desde el Humanismo, la transparencia en lo público, la rendición de
cuentas, el castigo de los gobernantes, políticos y dueños de las
trasnacionales cuando excedan el ejercicio de sus facultades legales y éticos
en el caso de los gobernantes y políticos y las limitaciones a la ambición de
los dueños de las trasnacionales y las sanciones en caso de contaminación
de la naturaleza, explotación y saqueo sin sentido de todos los bienes y
servicios en detrimento del pueblo y para ello hace falta el ejercicio directo
de la soberanía popular. Si el pueblo es soberano está por encima de los órganos
e instituciones de gobierno y puede sin ningún restricción cambiar cualquier
decisión tomada por los titulares de dichos órganos e instituciones y aun,
destituir a gobernantes y sancionar a políticos y a los dueños del gran capital
cuando vayan contra el interés general o causen daños que así lo
ameriten.
Ese “Ya me cansé”, lacónico, omiso,
encubridor y burlón del Procurador General de la República,
Jesús Murillo Karam, respecto a la vida de los mexicanos debe
transformarse en un dinámico y decidido lema convertido en estandarte y ariete
del pueblo en contra de los excesos y omisiones de los órganos e instituciones
gubernamentales; excesos y corrupción de los partidos políticos y excesos de
los dueños de las grandes trasnacionales.
[i] Sánchez, Guadalupe. Milenio. Política.
http://www.milenio.com/politica/Medina_ayotzinapa-medina_desaparecidos-rodrigo_ayotzinapa_0_404359927.html
[ii] Ibídem.
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