domingo, 23 de noviembre de 2014

PERVERSIÓN DE LA JUSTICIA



Enrique Peña Nieto felicita a los granaderos a su cargo y los que están bajo el mando del Jefe de Gobierno del Distrito Federal, Miguel Ángel Mancera, alegando que hicieron “…respetar la Ley”. Es evidente que los granaderos no tenían otro objetivo que aplicar la “Ley de Garrote”, de manera indiscriminada contra toda la población asistente y a la mano, de las personas que acudieron el veinte de noviembre de dos mil catorce al zócalo capitalino.

La mayoría de las personas que se manifestaron contra la injusticia y la falta de seguridad pública no hicieron otra cosa que, participar en la protesta. Las imágenes, videos y testimonios publicados en las redes sociales, muestran claramente la barbarie gubernamental a través de los irracionales granaderos. A pesar de todo esto, Peña Nieto reacciona furibundo, fuera de sí, como si con estas acciones violentas castigara al pueblo que no cree en las explicaciones sobre su patrimonio, el de su esposa y las denuncias de corrupción que se le atribuyen de todas partes del pueblo.

Ahora bien, este gobierno solo aplica la ley de manera selectiva contra las personas y grupos civiles que están dentro del marco de la ley, es decir, civiles, estudiantes, amas de casa, ancianos, niños, discapacitados y personas de extrema pobreza contra los gobernantes, políticos y grandes empresarios la ley es pasiva y hasta permisiva. No se diga contra los narcos y la delincuencia organizada. Allí tenemos, para contrastar, los casos de Servando Gómez y el doctor Mireles; Arturo Montiel y Maude Versini; Mario Marín y Lydia Cacho, Jesús Murillo Karam y los padres de los estudiantes desaparecidos; German Larrea y los campesinos que se oponen a los proyectos Neoliberales. Eso no es un Estado de Derecho sino un Estado de Derecha, una aplicación selectiva.

Los mexicanos no luchan por otra cosa que no sea la implantación de la democracia, de la transparencia en lo público, la rendición de cuentas y el castigo a los gobernantes, políticos que cometen delitos impunemente. Lo demás es la perversión de la justicia por parte de Peña Nieto y sus incondicionales. 


Para muestra un botón: a María de los Ángeles, esposa de José Luis Abarca la tienen arraigada y no la han consignado al juez correspondiente; a los estudiantes que se manifestaban el veinte de noviembre de dos mil catorce ya están consignados por terrorismo y delincuencia organizada. 

Y, si en la realidad el órgano judicial fuera independiente del órgano ejecutivo federal, dejarían en inmediata libertad a los procesados o, en su caso, los juzgados federales les otorgarían los amparos correspondientes pero esto no ocurre porque los envían ante jueces de consigna.



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