HAMLET
PRIMERA
PARTE
El
presente análisis no pretende ser exhaustivo ni tratar con erudición la obra
teatral en comento. La obra sujeta al presente estudio pertenece al género
Dramático que tiene sus raíces en las tragedias griegas y romanas. El Drama es un género basado en obras
literarias que están destinadas a la representación teatral para un público
determinado. Primero se hara el análisis estructural y después desde la ética.
En
las tragedias griegas los seres humanos luchan contra la fatalidad sin lograr
escapar a la misma. Téngase por ejemplo a Edipo Rey, quien al enterarse de que
en el futuro matará a su padre y desposará a su madre se va del reino de quien
considera sus padres y sin embargo, con su partida va inexorablemente al
encuentro de su fatalidad. Mata a su padre, se casa con su madre y tiene hijos
con ella. Su madre Yocasta se suicida y Edipo se saca los ojos y va desterrado.
Como se puede ver no hay forma de que los seres humanos escapen a su fatalidad
no está en su voluntad triunfar contra la fatalidad.
Los
personajes en la tragedia griega siguen el guion de manera al pie de la letra,
aun los dioses no pueden actuar de otra manera sino tal y como está escrito. Los
personajes principales de la tragedia son dioses, héroes, reyes. En la tragedia la trama se entiende así como
la intención del autor de la obra. Hay un coro que va participando en la obra.
En
el drama la escritura y la trama se vuelven más complejos y los giros que puede
tener la obra no permiten adivinar sin más, el final. El o los personajes
principales ya no están sujetos a la fatalidad sino que ahora, puede o pueden
actuar y decidir el rumbo de su destino.
Los
personajes siguen siendo reyes, héroes y se integran muchos más personajes. Los
temas aunque siguen siendo de gran tensión no pueden ya compararse a los temas
de las tragedias griegas.
Un
buen estudio para seguir ahondando en el tema lo es, la lectura y estudio
reflexivo que hace Schelling en su obra
“Filosofía del Arte”.
Shakespeare,
nació en Stratford Inglaterra en 1564 y murió en 1616 en el mismo lugar, tres
años antes de su muerte deja Londres. Su padre fue un comerciante con buena
suerte en una parte de su vida y venido a menos; su madre fue, de una familia
de abolengo. De Shakespeare, se sabe poco de su niñez y de su juventud. No
alcanzo un título universitario y no se sabe que tuviera estudios profundos de
literatura. Con todo, su genio lo sacó a flote y lo elevó más allá de lo común,
logró amasar una fortuna considerable. Tuvo tres hijos, uno varón, el cual se llamó
Hamnet y murió a los once años.
En
sus creaciones Shakespeare, trata las pasiones humanas hasta sus últimas
consecuencias de una manera accesible para las personas comunes y corrientes. Sin
embargo, su nombre pasaría a la historia como uno de los grandes dramaturgos.
La
obra de Shakespeare se inscribe en el periodo del teatro isabelino y la
corriente barroca. La primera característica es el resultado de la separación de
Inglaterra del catolicismo y su conversión obligatoria al anglicismo. Las obras
teatrales populares se representaban en patios de las posadas. Los temas
tratados eran de tres corrientes principales: los misterios o milagros de temática
religiosa, las obras morales y los interludios. Había grupos apadrinados por
mecenas y que actuaban para la nobleza. El segundo rasgo, corresponde al estilo
barroco que se opone al arte clásico. El barroco es más refinado, tiene un
gusto por los efectos, lo sorprendente, lo anecdótico. Tiene como base la representación
real de las cosas pero de una manera exagerada, a la distorsión de las formas,
efectos forzados y violentos, contrastes exagerados entre las luces y las
sombras y una tendencia al desequilibrio.
El
drama de Hamlet fue escrito por Shakespeare, aproximadamente, entre los años
1599 y 1604 en medio del periodo del teatro isabelino. Tiene como
características principales la estética, la moral, la sátira y el estoicismo.
Esta obra se inscribe en el estilo Barroco.
Se
debe tomar en cuenta que Hamlet se escribió en el idioma inglés y en buena
parte en verso y que las diversas traducciones varían en calidad. Ahora bien,
en este análisis no se hará un estudio sobre la métrica ni la rima.
Ahora bien, los elementos para analizar en la
obra serán:
I) Unión de códigos
a)
La unión de códigos verbales.
b)
La unión de códigos para verbales (entonación, énfasis y pausas)
c).-
La unión de códigos no verbales (gestos, música, sonido, iluminación,
escenografía, vestuario y maquillaje).
II) Formas discursivas
a)
Dialogo
b)
Monologo
c)
Soliloquio
d)
Aparte
III) Tipos
a)
Realista
b)
No realista
IV) Elementos internos
a)
Acto (subdivisión más importante, marcada por la caída del telón).
b)
Escena (División interna del acto)
c)
Cuadro (Ambientación física de la escenografía).
I) UNIÓN DE CÓDIGOS
ACTO
I, ESCENA I
a) Verbales.
Ahora
bien, es evidente que Hamlet contiene diálogos. La obra empieza con un dialogo
en el acto I, escena I:
BERNARDO.-
¿Quién está ahí?
FRANCISCO.- No, respóndame él a mí. Deténgase
y diga quién es.
BERNARDO.- Viva el Rey.
FRANCISCO.- ¿Es Bernardo?
BERNARDO.- El mismo.
FRANCISCO.- Tú eres el más puntual en venir a
la hora.
BERNARDO.- Las doce han dado ya; bien puedes
ir a recogerte
FRANCISCO.- Te doy mil gracias por la mudanza.
Hace un frío que penetra
y yo estoy delicado del pecho.
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17
Sería
ocioso seguir dando ejemplos de diálogos ya que estos son evidentes en toda la
obra.
b) Para verbales
ACTO
I, ESCENA II
La
entonación que le dan a las palabras a través de los signos de admiración e
interrogación.
MARCELO.- ¡Oh! ¡Honrado soldado! Pásalo bien.
¿Quién te relevó de
la centinela?
FRANCISCO.- Bernardo, que queda en mi lugar.
Buenas noches
MARCELO.- ¡Hola! ¡Bernardo!
BERNARDO.- ¿Quién está ahí? ¿Es Horacio?
HORACIO.- Un pedazo de él.
BERNARDO.- Bienvenido, Horacio; Marcelo,
bienvenido.
MARCELO.- ¿Y qué? ¿Se ha vuelto a aparecer
aquella cosa esta noche?.
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18
c) No verbal.
ACTO
I, ESCENA II
El
canto del gallo como sonido es un código no verbal.
BERNARDO.-
Él iba ya a hablar cuando el gallo
cantó.
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22
Otro
ejemplo lo encontramos en las escenografías.
ACTO,
ESCENA III
Los
diferentes escenarios son códigos no verbales ya que complementan la actuación
de los actores de la obra.
Salón de Palacio.
ACTO,
I ESCENA VII
Sala de la casa de Polonio
II) FORMAS DISCURSIVAS
En
Hamlet nos encontramos de inicio con la forma discursiva del dialogo:
a) Diálogos
ACTO III, ESCENA I
POLONIO.- Reynaldo, entrégale este dinero y
estas cartas (60)
REYNALDO.- Así lo haré, señor.
POLONIO.- Será un admirable golpe (61) de
prudencia, que antes de verle te
informaras de su conducta.
REYNALDO.- En eso mismo estaba yo.
POLONIO.- Sí, es muy buena idea, muy buena….
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b) Monólogos
ACTO II, ESCENA XI.
Existen
diversos monólogos en Hamlet. Como ejemplo pongo dos.
HAMLET.-
Ya estoy solo. ¡Qué abatido! ¡Qué insensible soy! ¿No es admirable que este
actor, en una fábula, en una ficción, pueda dirigir tan a su placer el ánimo
que así agite y desfigure el rostro en la declamación, vertiendo de sus ojos
lágrimas, débil la voz, y todas sus acciones tan acomodadas a lo que quiere
expresar? Y esto por nadie: por Hécuba. Y ¿quién es Hécuba para él, o él para
ella, que así llora sus infortunios? Pues ¿qué no haría si él tuviese los
tristes motivos de dolor que yo tengo? Inundaría el teatro con llanto, su terrible
acento conturbaría a cuantos le oyesen, llenaría de desesperación al culpado,
de temor al inocente, al ignorante de confusión, y sorprendería con asombro la
facultad de los ojos y los oídos. Pero yo, miserable, sin vigor y estúpido:
sueño adormecido, permanezco mudo, ¡y miro con tal indiferencia mis agravios!
¿Qué? ¿Nada merece un Rey con quien se cometió el más atroz delito para despojarle
del cetro y la vida?. ¿Soy cobarde yo? ¿Quién se atreve a llamarme villano? ¿O
a insultarme en mi presencia? ¿Arrancarme la barba, soplarmela al rostro,
asirme de la nariz o hacerle tragar lejía que me llegue al pulmón? ¿Quién se
atreve a tanto? ¿Sería yo capaz de sufrirlo? Sí, que no es posible sino que yo sea
como la paloma que carece de hiel, incapaz de acciones crueles: a no ser esto,
ya se hubieran cebado los milanos del aire en los despojos de aquel indigno.
Deshonesto, homicida, pérfido seductor, feroz malvado, que vive sin
remordimientos de su culpa. Pero, ¿por qué he de ser tan necio? ¿Será generoso
proceder el mío, que yo, hijo de un querido padre (de cuya muerte alevosa el
cielo y el infierno mismo me piden venganza) afeminado y débil desahogue con
palabras el corazón, prorrumpa en execraciones vanas, como una prostituta (92)
vil, o un pillo de cocina? ¡Ah! No, ni aun sólo imaginarlo. ¡Eh!... Yo he oído,
que tal vez asistiendo a una representación hombres muy culpados, han sido
heridos en el alma con tal violencia por la ilusión del teatro, que a vista de
todos han publicado sus delitos, que la culpa aunque sin lengua siempre se
manifestará por medios maravillosos. Yo haré que estos actores representen
delante de mi tío algún pasaje que tenga semejanza con la muerte de mi padre.
Yo le heriré en lo más vivo del corazón; observaré sus miradas; si muda (93) de
color, si se estremece, ya sé lo que me toca hacer. La aparición que vi pudiera
ser un espíritu del infierno. Al demonio no le es difícil presentarse bajo la
más agradable forma; sí, y acaso como él es tan poderoso sobre una imaginación perturbada,
valiéndose de mi propia debilidad y melancolía, me engaña para perderme. Yo voy
a adquirir pruebas más sólidas, y esta representación ha de ser el lazo en que
se enrede la conciencia del Rey.
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70
Y,
el más famoso.
ACTO
III, ESCENA IV
HAMLET.-
Existir (98) o no existir, ésta es la cuestión. ¿Cuál es más digna acción del
ánimo, sufrir los tiros penetrantes de la fortuna injusta, u oponer los brazos
a este torrente de calamidades, y darlas fin con atrevida resistencia? Morir es
dormir. ¿No más? ¿Y por un sueño, diremos, las aflicciones se acabaron y los
dolores sin número, patrimonio de nuestra débil naturaleza?... Este es un
término que deberíamos solicitar con ansia. Morir es dormir... y tal vez soñar.
Sí, y ved aquí el grande obstáculo, porque el considerar que sueños podrán ocurrir
en el silencio del sepulcro, cuando hayamos abandonado este despojo mortal, es
razón harto poderosa para detenernos. Esta es la consideración que hace nuestra
infelicidad tan larga. ¿Quién, si esto no fuese, aguantaría la lentitud de los
tribunales, la insolencia de los empleados, las tropelías que recibe pacífico
el mérito de los hombres más indignos, las angustias de un mal pagado amor, las
injurias y quebrantos de la edad, la violencia de los tiranos, el desprecio de
los soberbios? Cuando el que esto sufre, pudiera procurar su quietud con sólo
un puñal. ¿Quién podría tolerar tanta opresión, sudando, gimiendo bajo el peso
de una vida molesta sino fuese que el temor de que existe alguna cosa más allá
de la Muerte (aquel país desconocido de cuyos límites ningún caminante torna)
nos embaraza en dudas y nos hace sufrir los males que nos cercan; antes que ir
a buscar otros de que no tenemos seguro conocimiento? Esta previsión nos hace a
todos cobardes, así la natural tintura del valor se debilita con los barnices pálidos
de la prudencia, las empresas de mayor importancia por esta sola consideración
mudan camino, no se ejecutan y se reducen a designios vanos. Pero... ¡la
hermosa Ofelia! Graciosa niña, espero que mis defectos no serán olvidados en
tus oraciones.
Página 74.
d) Aparte
ACTO I, ESCENA IV
Se
pueden encontrar varios apartes en Hamlet. Pongo dos ejemplos.
HAMLET.-
Algo más que deudo, y menos que amigo.
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25
ACTO V, ESCENA II
HAMLET.- ¡Qué taimado es! Hablémosle clara y
sencillamente, porque si no, es capaz de confundirnos a equívocos. De tres años
a esta parte he observado cuanto se va sutilizando la edad en que vivimos... Por
vida mía, Horacio, que ya el villano sigue tan de cerca al caballero, que muy pronto
le desollará el talón. ¿Cuánto tiempo ha que eres sepulturero?
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140.
III) Tipos
El
tipo es no realista dado que la obra original está en verso y en la realidad no
se da que la gente hable en verso. El lenguaje es un factor determinante para saber
si el tipo de la obra es realista o no realista.
Pongo
como ejemplo las diversas apariciones del padre de Hamlet en la obra.
En
la escena I, acto I, aparece al padre difunto.
Y,
cuando Hamlet les hace jurar no divulgar el secreto y el padre muerto, los
incita a jurar.
IV) Elementos internos.
a)
Acto. La obra está dividida en cinco actos.
b)
Escenas. Cada acto está dividido en escenas.
ACTO
I. 13 escenas.
ACTO
II. 11 Escenas.
ACTO
III. 28 Escenas.
ACTO
IV. 24 Escenas.
ACTO
V. 11 Escenas.
c)
Cuadro. Un primer cuadro está en el acto I, Escenas I y II, ya que no cambia la
ambientación física de la escenografía. Estas dos escenas se desarrollan en la
explanada delante del Palacio Real de Elsingor. Noche obscura.
SEGUNDA PARTE
Esta
parte tratará el análisis de Hamlet desde la obra de María Zambrano Filosofía y
poesía. Por
lo tanto para su comprensión remito al texto de la obra en cita. En
su obra la autora nos muestra la violenta separación que se da entre la filosofía
y la poesía. Es Platón quien destierra a los poetas de la civitas por causas metafísicas
y morales. La razón ha ganado el terreno por donde la vida ha de transitar y
queda triunfante en la escena. Por su parte, los poetas y sus obras son condenados
a vagar por entre la periferia sin poder entrar en ella. Esto, nos dice la
autora, es arbitrario y después de un gran recorrido que hacen la filosofía y
la poesía se encontraran fugazmente (Romanticismo) como dos amantes que saben
que después de ese encuentro total, no se volverán a encontrar en proximidad
sino hasta que nuevamente la vida quiera volverlo hacer. De este encuentro, sin
embargo, la poesía saldrá llena de conciencia (Baudelaire).
El
análisis se hará siguiendo la obra de Zambrano:
1.-
Pensamiento y poesía.
2.-
Poesía y ética.
3.-
Mística y poesía.
4.-
Poesía y metafísica.
1.-
PENSAMIENTO Y POESÍA.
Tuviera
consciencia o no Shakespeare del divorcio y enfrentamiento que sostenían el
logos filosófico y el logos poético, no se puede poner en duda que como obra poética
alcanzó el más alto grado de unidad poética, aun con sus defectos. Esto tenía
que ser así, dado que nuestro autor no tuvo los estudios profundos del logos filosófico
y poético y sin embargo, al escoger el camino de la poesía bien supo
interpretar la tragedia griega y poner esa misma tragedia en la vida de los
seres humanos. Los personajes en su obra ya no son dioses ni héroes mitológicos
y falta ya la tensión de los grandes temas tratados en la tragedia. En Antígona
se pone en tensión el derecho divino con el derecho positivo; en Edipo Rey está
la tensión entre el deber ser y el ser, entre lo que el ser humano quiere y la
fatalidad, haga lo que haga Edipo transgredirá los límites que trata de
auto-imponerse y seguirá los designios divinos comunicados por el oráculo.
Matara a su padre sin saberlo, desposara a su madre y procreará con ella hijos.
Finalmente se le hallará vagando por el mundo ciego y con la terrible carga de
la cual no es responsable. No hay salvación en la tragedia y ni los propios
dioses pueden salvarse.
En
Hamlet no se hace uso del logos filosófico sino del poético. Ya en su época,
Hamlet, alcanzó la aceptación del público no ilustrado. Porque vamos la
tragedia para los tiempos de Shakespeare ya no tenía el pleno sentido que para
los griegos y hacía falta que descendiera la tragedia y se despojara de sus
divinos ropajes y se vistiera los de la época. El drama poético que nos
presenta el autor de Hamlet tiene que ver con personajes de carne y hueso que sufren
las pasiones y tienen las virtudes y defectos humanos. Si bien los temas son de
tensión ya no es esa atmósfera cerrada de los griegos y ahora comprendemos
inmediatamente los motivos por los cuales se mueven los personajes. El ser
humano es libre de decidir su destino y será responsable de sus actos, mientras
que en la tragedia griega los seres humanos no tienen destino sino fatalidad.
El
logos en Hamlet logra su cometido, no hay ese ser oculto que estudia la filosofía
sino un ser creado traído a escena por el poeta y aquí radica la diferencia entre
el logos filosófico y el logos poético. El primero está ya hecho, es total,
verdadero, permanente solo vasta
descubrirlo con gran esfuerzo que equivale a decir que es solo para algunos; el
segundo no es, sino que es creado y solo es cuando ya ha alcanzado su unidad,
no busca la verdad excluyente y es mucho más asequible para los seres humanos. Es
por decirlo de otra manera el pan de cada día con que los seres humanos se
crean y recrean.
2.-
POESÍA Y ÉTICA.
Shakespeare,
nos presenta la duda como un momento relevante en el tema central en su obra
Hamlet. El personaje principal tiene en diversos momentos monólogos en donde
lucha consigo mismo sin lograr dar el paso decisivo en un primer momento y no
es hacia el final de la obra en que todo se desencadena como una suerte de
destino aderezado con fatalidad.
Con
todo, seguimos viendo el divorcio entre la verdad (Filosofía) y la poesía
(Mentira), entre la justicia (la herencia al trono) y la injusticia (la
usurpación del trono), entre el ser (la
realidad) y el no ser (la muerte, la no existencia). Entre el ser y no ser.
¿Qué
debe hacer Hamlet, (moral, lucha interior) y que hace al final (eticidad) de la
obra y del personaje principal. No hay justicia en Hamlet, y la ética acaba por
arrasar con los personajes hasta el aniquilamiento.
Toda
la duda lleva va a Hamlet no a la verdad sino a la apariencia de verdad para
descubrir precisamente la verdad. Con la muerte de la mayoría de los personajes
no se alcanza la justicia sino el no ser. No se es, sin el menoscabo del otro,
sin la muerte del otro.
Shakespeare
muestra como el poeta no le importa tener ética sino en su propia lealtad hacia
su arte. Arte no buscado sino del cual esta poseído el poeta. Si el logos poético
es la forma de expresar las apariencias, esas huidizas formas que no muestran
el rostro no tiene por qué aplicar la justicia ni la verdad en sus obras el
poeta sino solo crear y recrear con su arte al público asistente a sus obras poéticas
ya sea en el teatro o leyéndolas. Quizás Shakespeare no tenga idea alguna de lo
que dice pero eso que dice lo entienden bien sus videntes/oyentes y lectores. Hamlet
no nos invita a la reflexión inmediata sino al sufrimiento del sufrimiento/goce
de sus dramas. Sufrimos y gozamos de manera inmediata las peripecias y
sufrimiento de los personajes. En Hamlet no se pueda hallar la verdad filosófica
sino la verdad poética. Shakespeare se ha entregado a la poesía y la poesía se
ha encarnado en él. En consecuencia de ello crea su propio mundo y nos invita a
penetrar en el y entregarnos a la vivencia, a través de los personajes, de las
pasiones más bajas. Lo que vemos en Hamlet no es la virtud filosófica sino su contraposición
la traición y la venganza que extermina a los que en ella intervienen. ¡Qué
importa que el poeta no tenga ciencia alguna mientras no se traicione así
mismo, mientras mantenga su fidelidad, su ética a su arte!.
3.-
MÍSTICA Y POESÍA.
Sin
la mística de Platón no hubiera podido salvarse la poesía y esta hubiera
quedado muda tal vez para siempre en este rubro. Platón condena a la poesía y a
los poetas a vivir fuera de la ciudad diseñada por el en su obra filosófica. Pero
al hacer el análisis de la obra de este filosofo que, encontró la racionalidad
como instrumento seguro para alcanzar el conocimiento que es, a su vez salvación del alma y de las apariencias
a través de la belleza y del amor, nos encontramos con paradojas que nos hacen
ponernos alertas (filósofos), de lo que hace el filósofo.
Solo
con la muerte se puede salvar el alma. Con esto Platón ha marcado el camino a
seguir sin ninguna objeción. El cuerpo es solo cárcel maldita de lo divino, el
alma. Así, la filosofía es la preparación para la muerte. Con la muerte el alma
retorna a través de la reminiscencia s conocer y ser lo que era, participe de
lo divino.
El
ser humano debía, entonces, desprenderse de las apariencias que lo extravían. La
muerte significa dejar este mundo corrupto y corruptible para ser auténticamente.
En todo momento el filósofo se siente carente de y por eso busca encontrar su
ser.
La
posición del poeta es enteramente contraria, se siente totalmente sobrepujado
por su abundancia. Tiene un tesoro que no tiene límites y es por eso, que se
siente obligado a dar sin pedir. Si bien, no sabe expresar conscientemente ese
tesoro, lo expresa con palabras de continuo. Su saber no es racional (mediado),
sino inmediato (irracional), y, lo es con relación a la carne. El poeta no huye
de la carne sino que se adentra en ella y vive y hace vivir sus goces y sus
dolores.
En
Hamlet vemos descritas las pasiones de la carne sin restricciones: la traición,
la venganza, la muerte a través del envenenamiento, del suicidio, del puñal y
la espada. Hamlet muestra en sus actuaciones locura como un medio para alcanzar
a descubrir públicamente el asesinato de su padre a través de su propio hermano
y tío de Hamlet, quien no ha tenido empacho en casarse la viuda de su hermano y
usurpar el trono. También se puede encontrar la amistad y el amor del hijo para
con el padre. Cosas humanas demasiado humanas que al filósofo no le importarían
dado que son meras apariencias, meros cuentos, mitos que corrompen lo
verdaderamente importante. Hamlet seduce por los fantasmas que trae a escena y
los que crea. En resumen en Hamlet no vemos la salvación del alma sino el
aniquilamiento de la carne y con ello su redención. Queda claro que solo con el
aniquilamiento se pueden salvar los pecados de la carne.
Pero,
¿será verdad que el filósofo es pura razón?. Entonces, ¿cómo se puede
justificar desde Platón hasta la fecha que los filósofos sean creadores de
mitos?, ¿no es el pasaje de las cavernas un bello y terrible cuento?.
Platón
ha determinado a través de una mutilación terrible el camino de la salvación del
alma que, ahora parece una invención poética más del filósofo, del místico y
del teólogo. Sin esta bella invención, todos ellos, no tendrían hueso que roer.
4.-
POESÍA Y METAFÍSICA.
En
Hamlet y en toda la obra poética de Shakespeare no se puede encontrar una metafísica
que funde y refunde al ser humano en cuanto a ser humano desligado de la
divinidad. Esto es comprensible dado que nuestro autor pertenece al Barroco y
este movimiento artístico estaba muy lejos de dar el paso decisivo de tomar su
propio camino y construirlo conscientemente a medida de avanzar en el. Shakespeare
esta entre los siglos XVI y XVII y no será sino hasta la llegada del
Romanticismo alemán que se unirán filosofía y poesía en los sistemas absolutos
y en especial en Schelling.
Más
esto será un encuentro apasionado pero breve. Después Filosofía (razón) y Poesía
(creación consciente), tomaran sus propios caminos y fundaran cada una su metafísica
del ser humano. Cada una con sus propios elementos. La poesía hasta entonces
ciega e ignorante de sus posibilidades, abre los ojos y se da cuenta de su
potencia y de su acción. No es, una casualidad que Edgar Allan Poe haga una
obra de autoconsciencia y que llamó Filosofía
de la composición. Sin embargo, no tenía como fin dar el paso decisivo hacia la
plena consciencia del poder creador de la poesía. El mismo dijo “Nací insano
con grandes momentos de cordura horrible”. Por el contrario, Baudelaire,
acomete la tarea de darle a la poesía esa conciencia que tanto le había reprochado
no tener Platón.
Con
todo, habrían de pasar muchos años para que eso sucediera. Hago una pausa. Aquí
quedamos. Por el momento.