Invariablemente,
el gobierno de Enrique Peña Nieto, todos los días bombardea intensamente a la nación
mexicana, a través de la televisión, la radio, la prensa escrita e internet, los
beneficios de su gestión para con el pueblo; esto es una contradicción mayúscula
con la realidad. No hay programa gubernamental que haya solucionado, aunque
sea, parcialmente un solo problema. Ni siquiera es, necesario un estudio a
fondo ni largo ni amplio porque los magros resultados saltan por todos lados. Este
gobierno es un desastre y no se vislumbra que tengan la mínima idea de cómo empezar a darle solución siquiera a la corrupción
institucionalizada en el gobierno y la política. La democracia, la legalidad,
la legitimidad no se alcanzan por decreto
ni con una comunicación gubernamental
basada en suposiciones sin bases reales y sin un pueblo no solo no convencido
sino en franca rebeldía. No hay día que no haya manifestaciones de grandes proporciones
contra el gobierno de Peña Nieto. Su respuesta: irse a China. Eso da la pauta
para medir la madurez o no de esta administración y el resultado no le
favorece.
Un
gobierno serio no puede estar basado en lemas huecos. “Mover a México”, es un palabrería
hueca que no apunta hacia ningún lado positivo ni tiene más sustento que una
realidad virtual, imaginaria que trata
de vender una tierra prometida que no se ve por ningún lado Los mercadologos de
este gobierno ni siquiera tienen la mínima imaginación para lograr que las
cantaletas vacías lleguen al pueblo, ninguna persona con dos dedos de frente cree
en las mentiras oficiales.
La
incredulidad se adueña del pueblo en general respecto a la gestión de Peña
Nieto; los lideres priistas no se atreven a siquiera llamar a movilizaciones a
su militancia en favor de Peña Nieto, porque saben que el Partido
Revolucionario Institucional, ganó votos comprando voluntades y con toda clase
de engaños y que, tal y como están las cosas (los militantes y votantes
priistas padecen el mismo mal: la pobreza extrema), harían un ridículo mayúsculo,
solo unos cuantos ingenuos acudirían.
Es
muy significativo que la actual gestión priista no tenga el apoyo de la base
militante priista. El PRI creado como un
partido de Estado hoy muestra que no tiene el apoyo verdadero de su militancia
y votantes; la mayor parte de sus triunfos se deben a la corrupción electoral
en todas sus formas. En una democracia real el PRI no ganaría nunca una elección
porque debería sujetarse a la voluntad del pueblo, a la legalidad y la
legitimidad libre de simulaciones, de corrupción, de ilegalidad y todo lo que
conlleva la democracia.
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