sábado, 1 de noviembre de 2014

LAS REFORMAS ESTRUCTURALES EN MÉXICO (LA IMPLANTACIÓN PLENA DEL NEOLIBERALISMO).



Existe un gran problema en la implantación del Neoliberalismo (La privatización de los bienes y servicios públicos), en México, a sus impulsores y beneficiarios (Gobiernos, políticos y grandes trasnacionales) no les importa, a pesar de saber, que esta práctica económica solo tiene como objetivo la ganancia en todos los rubros con consecuencias desastrosas sin ningún control. En los servicios públicos se hacen grandes  negocios en los cuales están involucrados gobernantes y políticos de todos los partido; en la minería pasa lo mismo pero con la contaminación y devastación de la naturaleza; en la explotación del petróleo el panorama es lo mismo con la contaminación del campo y ahora con la toma por la fuerza pública de los predios en donde se perfore; es evidente que son insuficientes y limitadas, tanto las leyes regulatorias como los organismos e instituciones que deben aplicar las mismas leyes. Esto permite que gobernantes, políticos y grandes trasnacionales rapiñen todo lo público y todos los negocios sin el temor de ser juzgados  y en su caso solo pagar multas combatibles legalmente.

La imposición del Neoliberalismo sin el saneamiento de la política mexicana es un gran error y este  saneamiento pasa por reformas estructurales profundas del estado mexicano y no solo en su parte económica (Las reformas de Peña Nieto), sino  cambiando y dando las facultades a los órganos (Legislativo, Ejecutivo y Judicial), e instituciones federales acordes a una verdadera democracia (el poder de las mayorías), sin olvidarse de las minorías tanto burguesas como de los diversos grupos y pueblos indígenas (que no indios), más desprotegidos; a los primeros para que no se coloquen en situación de privilegio y los segundos para que no queden fuera de los beneficios y oportunidades que los demás gozan.

Estas reformas deben determinar claramente que en el Estado mexicano no existe en la realidad la “división de poderes” ni “los pesos y contra pesos” en virtud de existir solo en lo formal, en palabras pero no en la práctica. En la realidad y aunque los gobernantes, políticos y los dueños del gran capital, son fundamentalmente los únicos beneficiarios de este sistema político y económico, los órganos Legislativo, Ejecutivo y Judicial han logrado un diseño ajeno a la teoría de Montesquieu y creado un sistema propio en donde existe una intensa Unidad y colaboración entre los órganos, instituciones y demás dependencias tanto federales como estatales y municipales. Basta con ver la Unidad  con que trabajan los órganos y la colaboración entre los mismos en el desarrollo de la administración y la impartición de justicia. Ordenes, exhortos, oficios y toda clase de documentos y actuaciones son emitidas y cumplidas en intensa colaboración entre los órganos, instituciones, institutos y demás dependencias del gobierno. Esto, sin embargo, no beneficia a las mayorías ni existe justicia  dado a la falta de democracia en el gobierno y la impunidad  para gobernantes, políticos y burgueses es amplia.

No solo se trata de poner coto a los excesos de gobernantes, políticos y burgueses y tampoco de imponer la democracia sino de racionalizar la vida y cuidar la naturaleza, la explotación minera, la petrolera, las relaciones de trabajo y la vida sana de la nación mexicana en general y que todo individuo tenga oportunidad de ganarse la vida por su propio esfuerzo y trabajo. No es una casualidad que existan carteles de narcotraficantes, en general estos han salido como producto de la pobreza generada por los órganos Legislativo, Ejecutivo y Judicial, conforman una Unidad para bien o para mal y ha resultado lo primero.

Por todo ello, se deben reformar los órganos Legislativo, ejecutivo y Judicial para responder a los intereses generales y no principalmente los intereses particulares de ellos mismos, de los políticos y de las grandes trasnacionales. Por otro lado, se debe tener en cuenta que los gobernantes en México no solo no tienen ya la fuerza para regular las actividades de las grandes trasnacionales sino que han sido sometidas por las mismas, en consecuencia han dejado a las personas en el desamparo e híper individualizadas para afrontar el sistema político y económico; por lo que es necesario que se le den, en la realidad y de manera efectiva, instrumentos y figuras jurídicas para que intervenga organizado y haga uso de su soberanía en contra de los excesos de estos tres grupos coaligados (gobernantes, políticos y trasnacionales).  Sin estos requisitos el pueblo seguirá padeciendo toda la carga, impuestos, saqueo, rapiña, injusticias sin tener otra cosa a cambio que la intervención violenta, el camino de la delincuencia, la pobreza en todos sus tipos y la marginación en la vida.

La actual impotencia e ineficacia del gobierno en sus tres  niveles de gobierno es resultado de su flaqueza y corrupción. Este gobierno  pensó que con solo privatizar lo público  iba a lograr sus propósitos de bienestar  con grandes ganancias y fiesta nacional de allí y para siempre. Incluso los ciegos de la revista Time vieron un Nuevo Padre de la Patria en Enrique Peña Nieto  y no dudaron en concederle la portada de su revista con la leyenda “Saving México”, (Salvando a México). Adictos al Neoliberalismo los gobiernos extranjeros, el Fondo Monetario Internacional y  las grandes trasnacionales tampoco dudaron en ponerlo como un Salvador de México  y el mismo Peña Nieto se creyó semejante mentira.  

Los casos de Tlatlaya, estado de México y el de los estudiantes asesinados en Iguala, estado de Guerrero, mostraron las profundas limitaciones del gobierno en sus tres niveles de gobierno y lo primero que quisieron hacer fue, ocultar y distorsionar los hechos delictivos cometidos por el propio gobierno y sus dependencias. Tuvo que intervenir los medios de comunicación y el pueblo para que se hicieran públicas ambas masacres; la primera cometida por el ejército sujeto o debería estar sujeto al comandante supremo, es decir, Enrique Peña Nieto y la segunda, por órdenes del entonces presidente Municipal, José Luis Abarca ante la permisividad del entonces gobernador Ángel Heladio Aguirre que neciamente se negaba a irse del gobierno pero que ante la presión nacional e internacional dejo el cargo.

Ante esto la pregunta salta ¿Cómo es posible que, Peña Nieto, sea tan buen privatizador pero tan mal gobernante para encontrar a los cuarenta y tres estudiantes desaparecidos a pesar de  tener media Procuraduría General de la República en su búsqueda?. Es evidente que, Peña Nieto ni fue ni es el Salvador de México ni podrá serlo. Se debe  olvidar de ese plan guajiro de Mover a México, de la Cruzada Nacional contra el Hambre y todos sus lemas que son llamativos en la publicidad pero totalmente ineficaces en la realidad. Todo ello no fue más que una loca utopía construida por los priistas, secundada por los panistas y perredistas y ensalzada por extranjeros que desconocen la realidad  mexicana.  

Las manifestaciones del pueblo y la solidaridad de las naciones extranjeras no cesan y deberían ser la base para la transformación de los tres principales órganos de gobierno (Legislativo, Ejecutivo y Judicial), y democratizar el poder político y poner coto a la avaricia desmedida de las grandes trasnacionales. El pueblo no debe cejar en la implantación de la democracia. Si este movimiento fracasa pasaran décadas para que se vuelva a presentar otra oportunidad.  




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