Creer
la sarta de mentiras por parte del gobierno del Distrito Federal y de Enrique
Peña Nieto, sobre los “Desestabilizadores”, es ser muy ingenuos o de plano
estar ciegos ante las evidentes violaciones a los derechos humanos y las garantías
individuales de los mexicanos. Es el propio gobierno al viejo estilo priista
quien infiltró e infiltra a los provocadores para justificar la represión, la cárcel,
la violencia desmedida y generalizada en contra de la población de México. Si fueran buenos gobernantes no habría matanzas,
desapariciones forzadas, crímenes, corrupción en los grados inauditos que
existen en México pero, no, los gobernantes y políticos son los que causan desestabilización
en todos los rubros.
Peña
Nieto toma venganza contra el pueblo mexicano por no poder justificar la mansión
de 7 millones de dólares que tiene su esposa y felicita a los gorilas
uniformados por la represión contra los manifestantes. La corrupción generalizada
es el sello de este mal gobierno.
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