El
Estado nacional actual a llegado a un punto de debilidad que, está
imposibilitado para regular a las grandes trasnacionales; son estas las que de
hecho imponen las agendas legislativas en casi todos los Estados nacionales,
sin que haya poder que pueda imponerles límites. Los dueños del gran capital se
han camuflado tras las personas morales en su especie de Sociedades Anónimas de
Capital Variable y sus variantes para gobernar por encima de los gobiernos.
El
caso del Estado mexicano es emblemático dado que fueron las grandes trasnacionales,
mismas que han logrado crear grupos de legisladores (La llamada Telebancada), que
cabildean las iniciativas que más les interesan. Y, les interesan todos los
rubros de la economía y en especial que se privaticen todos los bienes y
servicios y que, en consecuencia, estos tengan un costo. El dinero se pone como
el objetivo principal de la vida de los mexicanos. La vida ya no depende de la
idea teológica de un Dios bueno, omnipotente y omnipresente aunque siga
subsistiendo la idea sino de la capacidad de trabajo productivo y de híper-consumo
de bienes y servicios fugaces, banales. Esto pone en peligro la vida misma ya
que sufre un rebajamiento en su calidad. Contra esto se debe diseñar el Estado
mexicano lleno de corrupción por todos los lados y en los tres niveles de
gobierno.
El
modelo de Estado actual ya no responde a las necesidades de la nación mexicana.
La definición básica del Estado señala tres componentes básicos: Territorio, población
y gobierno. Ahora bien, la parte débil de estos tres elementos lo son los tres
niveles de gobierno: Federal, estatal y municipal. Es evidente que no es todo
el Estadio el que esta fallido sino sólo el gobierno. El Territorio no puede
estar fallido en el sentido jurídico a la manera que si lo está el gobierno ya
que el territorio no tiene voluntad ni puede ser sujeto de derechos y
obligaciones evidentemente. La población, el elemento dinámico y origen de la soberanía
y que únicamente les da a los órganos Legislativo, Ejecutivo y Judicial,
funciones, atribuciones o facultades pero no les traspasa su soberanía por ser
esta inalienable e imprescriptible. Además la soberanía es una, es decir,
tienen Unidad.
Por
otro lado, se debe abandonar la teoría equivoca de “División de Poderes” que ha
servido para que los meros mandatarios y empleados de la nación mexicana se alcen
como soberanos en detrimento del pueblo. De esta manera se ha ido construyendo
una muralla, hasta ahora inexpugnable, de impunidad en favor de gobernantes y políticos.
A esto se debe sumar el constante acoso de las trasnacionales a gobernantes y políticos
para corromperlos y se tendrá el gobierno enteco que funge más como Gerente
General al servicio de las trasnacionales que como gobierno en favor del
pueblo. En consecuencia, se debe abandonar la idea de “pesos y contra pesos” que
se supone se harían los tres órganos (Legislativo, Ejecutivo y Judicial), del
Estado y se debe adoptar la teoría de Unidad y Colaboración, Unidad en la soberanía
del pueblo y Colaboración entre los tres niveles de gobierno y entre los órganos
de tal manera que el Estado funcione respetando y haciendo efectivos los
derechos humanos y las garantías individuales.
En
la Constitución General se pondrá, en lugar de “De la División de los Poderes”,
“La estructura orgánica, institucional y de los organismos ciudadanos”.
Esto
tiene como consecuencia que se reforme la Constitución General de la República
o de plano se haga un Congreso Constituyente a efecto de crear una nueva Constitución
y a través de un nuevo constitucionalismo se instituyan Organismos Ciudadanos
que vigilen la actuación de los tres órganos (Legislativo, Ejecutivo y
Judicial), y sus recomendaciones sean vinculatorias para que se investiguen los
excesos y crímenes cometidos por los gobernantes y políticos en funciones y aun
mas allá de dejar sus cargos cuando así se requiera. Los delitos de lesa
humanidad serán imprescriptibles. Las decisiones que emitan no podrán ser
vetadas por ningún órgano; ni por el presidente de la República, por el
congreso General o los Juzgados y ni aun por la Suprema corte de Justicia de la
Nación.
Estos
integrantes de los Organismos Ciudadanos no podrán durar más del tiempo
determinado y no podrán ser re electos bajo ningún caso a efecto de no
corromperse ni servir como modo de vida. Estos organismos se deberán crear a
nivel federal, estatal, municipal y para el Distrito Federal. Los integrantes tendrán
el sueldo que señale la Ley reglamentaria y tendrán responsabilidad por su
desempeño.
Además
de la vigilancia de los gobernantes y políticos los organismos ciudadanos tendrán
la facultad y en su caso el ejercicio directo de la soberanía para poner límites
a las trasnacionales cuando estas actúen fuera de la Constitución, de las leyes
secundarias o contra el interés general del pueblo.
De
la misma manera se dejara el ejercicio de la soberanía a los órganos Legislativo,
Ejecutivo y Judicial de manera restringida tratándose de asuntos de interés general,
sobre hidrocarburos, las costas, el subsuelo y todo aquello que sea necesario
para el desarrollo del pueblo de manera independiente de las trasnacionales y
de gobiernos extranjeros. La consulta popular no podrá ser vetada ni
restringida ni podrá tener ninguna restricción de ninguna clase. Ni siquiera la
Suprema Corte de Justicia de la Nación podrá interpretar o limitar el ejercicio
directo de la soberanía nacional.
Se
quitaran todas las pensiones vitalicias y los lujos a gobernantes y políticos. El
Neoliberalismo pretende que sean las personas híper individualizadas las
responsables de alcanzar los bienes y servicios por sí mismos, en consecuencia
no se podrán usar los puestos de gobierno ni la política para mal servir unos
pocos años y vivir como zánganos a costa del pueblo. Todo enriquecimiento
inexplicable y delitos cometidos en contra del pueblo serán imprescriptibles.
Todos
los servidores públicos y políticos tendrán que hacer la declaración de sus
patrimonios así como las de sus esposas, esposos, concubinos, concubinas, hijos
y todos aquellos susceptibles de fungir como presta nombres y/o testaferros.
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