martes, 3 de noviembre de 2015

UN CASO IMPOSIBLE



Es imposible tener una buena relación matrimonial o de concubinato cuando las exigencias laborales, económicas y sociales están por encima de los intereses de la familia. Si a esto se le suma el interés egoísta y personal de cada individuo de realizarse en lo material de manera personalísima y, a como dé lugar, se tendrá el ser humano tipo de la Híper modernidad, lleno de paradojas, solitario, de vida virtual, lleno de apariencias y frustrado pero, con la zanahoria siempre brillando en su horizonte, sirviendo de fin y catapulta a la vez. Esto nos lleva al reino de lo efímero y como tal, lo son las relaciones humanas. La infidelidad se inscribe en lo efímero y es de risa loca que uno y otro género se atribuyan ser más infieles como si para ello se hicieran grandes viajes de masas hacia el extranjero para cumplir tal hecho. La infidelidad de un género está en la misma proporción del otro. Mas no debe haber miedo ni temor, las cosas así son. ¿Qué hacer?, vivir a lo Tucídides mientras todo se derrumba, tener frialdad.


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