jueves, 12 de noviembre de 2015

STEPHEN HAWKING



Mi interés por la ciencia ha sido de largo tiempo y de familia. Llegué tarde a mi titulación como abogado y como filósofo más. Mi madre me miraba con toda preocupación por mis limitaciones formales en la academia, teniendo a todos sus hijos con títulos universitarios. No me importaba tanto la cosa oficial como conocer la vida. Recuerdo 2004 como si fuera 2004. Una confusión. Lo más relevante, pasarme de mojado por pura aventura. Ciudad Juárez, el punto de entrada.  Nos pasamos de mojados y nos agarró la migra con las consabidas consecuencias. Qué tiempos aquellos. Hubo de terminar la buena vida. De regreso a las aulas. No tanto.

Días y noches enteros de bibliotecas. Primero quise ser físico y matemático en lo cual fracasé. El Derecho fue la siguiente opción. La pobreza, la indigencia bien ganadas mordían por todos lados. No obstante, nunca abandoné del todo las ciencias duras aun en tales condiciones. No tanto. Por ello. ¿Qué significa la aparición de Stephen Hawking en la vida misma?.

Un genio en casi todo. Es muy amable al escribir con conceptos muy claros, consciente que está por encima de casi todos en eso de la física general de la relatividad y la mecánica cuántica al punto de querer unificarlas. Pero la unificación significa ir al punto de la vida misma. Bien estoy adelantando. Todos los físicos tradicionales habían pensado que, el mundo, el universo (vaya un sentido recuerdo a Giordano Bruno), tenían un diseño divino. Galileo, Newton y Einstein creían tal y como los pitagóricos que un Dios había creado el universo. Einstein se horrorizo cuando llegó a la conclusión de estar el azar inmerso en el universo, simplemente creía que esto era un atentado contra lo divino. Por ello, dijo “Dios no juega a los dados”. No obstante con su jovialidad acostumbrada Hawking le replicó que “Dios no juega a los dados”, porque no es necesario para que el universo exista. 

Por lo pronto hay dos grandes ramas de la física que no casan del todo y se deben unificar en una “teoría del todo”, que logre explicar la realidad, tanto en las grandes distancias como el rubro infinitesimal. Por lo menos se sabe que la teoría del todo debe contener a la teoría general de la relatividad (la medición de las grandes distancias) y la mecánica cuántica (la medición de lo infinitesimal) y si se logra llevar a cabo con éxito, se estará en el umbral de la comprensión de la vida misma.

La física de Aristóteles significó la posición ingenua de los seres humanos ante la experiencia diaria. El sentido común se apoderó de los hechos. También fue Aristóteles la culminación de la actitud ingenua del realismo filosófico. Este es el punto de partida de dos grandes navegaciones: la filosófica ya la física.

La primera navegación la inicia realmente Parménides al dividir este mundo en sensible e inteligible. Va a ser necesario que llegue Rene Descartes para que se inicie la segunda navegación con el idealismo. Sin embargo, el idealismo se ha agotado y la superación del realismo y del idealismo supone el tercer viaje de la filosofía. Con todo, las respuestas a la vida iniciaron con la teología, después la filosofía y últimamente son científicas. La filosofía parece haberse quedado estática, inerte, muda ante la imposibilidad de responder si existe un Principio-Primero-de-todas-Las-Cosas. No por otra cosa Stephen Hawking, en la primera página de su obra “The Grand Design”, dice:  “Tradicionalmente esas son preguntas para la filosofía, pero la filosofía está muerta”.

Bien como quiera que sea, la segunda navegación de la física se inicia, tímidamente con Galileo Galilei, recibe un gran impulso con Isaac Newton y termina con Albert Einstein. Todos ellos seguían creyendo que el universo tenía un diseño divino. Bien esto se acabó con la llegada plena de la nueva física de la cual es padre Einstein y de la cual renegó. Cosas de los genios.

Hay muchos científicos que tienen como tarea quitar el velo sobre los secretos más recónditos de la realidad donde van descubriendo  los secretos de la vida y, a su vez, preparando a los demás para la comprensión de la realidad. No se crea que, la física general de la relatividad solo proporciona datos numéricos y punto. No, eso solo es el inicio. Estos descubrimientos llevan después, a la invención tecnológica que tiene aplicación en la vida diaria, cotidiana.

De la misma manera, la mecánica cuántica ha hecho brotar casi mágicamente, de las profundidades de la materia infinitesimal, los secretos estructurales de la realidad; una realidad sorprendente que, no tiene que ver con nuestra experiencia cotidiana e intuitiva. El mundo se pone patas arriba. Un mundo azaroso aparece.

Con todo, el representante por antonomasia de la nueva forma de ver, pensar y aplicar la física en su “Teoría del todo”, lo es, Hawking. Con pasmosa alegría y con la valentía serena, da el paso decisivo y separa la teología de naturaleza. ¿Qué significa esto?. Que los seres humanos se han colocado en una realidad aún más profunda, se han despojado de sus ropajes y en total desnudez, soledad podría decirse, observan absortos los inicios y los límites de la realidad donde habita y, no se conforma con eso; empuja más y más, inflando el globo. En este horizonte, puede ver sin ver las partículas fundamentales de todo lo que existe.

La filosofía ha iniciado su tercera navegación, tratando de superar el realismo y el idealismo. La física también ha hecho lo propio. Los filósofos todavía discuten la existencia de Dios, caminan a su lado; Hawking navega viento en popa con las velas llamadas “Teoría general de la relatividad” y “Mecánica cuántica”, buscando la unificación de todas las explicaciones posibles para entender la realidad.

La filosofía avanza rauda a la velocidad del sonido, la física a la velocidad de la luz. Para el buen gobierno de la polis Platón pedía que los filósofos fueran los que gobernaran o que los gobernantes se volvieran sabios. Quizá sería demasiado atrevido que pedir que los filosos se vuelvan científicos, lo contrario se da sin mayor trámite. Hawking mismo es filósofo. Con solo leerlo salta a la vista el dominio de la filosofía de todos los tiempos y su comprensión de los problemas centrales, las soluciones, superando todo con una energía jovial sin par.



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