El
arte musical debe salvar al ser humano de toda flaqueza vital, debe elevarlo
por sobre su vida ordinaria, haciéndolo desplegar toda sus potencias en vibrante
unión, hasta borrar los límites de la burda realidad. Si, por el contario el
arte musical lo lleva a la nostalgia, a la debilidad, al abandono de sí mismo,
en suma al arte popular primario, se debe prescindir del mismo. En consecuencia
no todo arte musical debe preferirse como remedio de la vida para borrar el
error. Por el contrario, el mal arte musical hace que la vida sea un doble
error. La respuesta es el metal vital, es
decir, la parte del metal que dice sí a la vida en toda su alegre fortaleza. El
metal es el arte musical más nutrido de diversos corrientes musicales y por
ende el más variado, el más sutil, el más acabado y a la vez el más dinámico. Ha
superado todo fin y toda crisis para salir siempre más fortalecido. Larga vida
al metal vital.
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