Desde
hace más de dos mil años se ha usado la palabra hombre en dos sentidos por lo
menos. El primero, en forma general, amplia, se ha usado para definir la raza
humana en su totalidad abarcando ambos géneros, masculino y femenino, sin tomar
en cuenta a los homosexuales, lesbianas u otros géneros; la segunda acepción ha
sido tomada en concreto para definir al sexo masculino. El concepto de hombre
tiene además un sentido absoluto, el género masculino es el importante en la
intelectualidad, las artes, la ciencia, la filosofía y todo lo que se haga en
el mundo. El hombre es el número uno sin discusión; además es una forma
discriminatoria del lenguaje que tiene su correlato en la realidad. El concepto
particular de hombre tiene ya más aplicación práctica en la vida diaria dado
que, es la medida de todo como en la sentencia de Protágoras.
En
la actualidad creo que ya no tiene sentido ese término ni en lo absoluto ni en
lo concreto; con todo, es muy común oír hablar en las Universidades sobre la
historia del “hombre” y casi todos los temas son referidos al mismo género
varonil. Sin dudar de las aportaciones del hombre genérico o particular creo
necesario usar un término que englobe a todos los géneros y permita esto el
inicio de un nuevo humanismo que mire sin aristas a todos en plena equidad. El
término que propongo es viejo, tan viejo como la filosofía pero con el sentido
incluyente y que contenga en las mismas condiciones dignas al conjunto de
individuos sea cual sea su preferencia sexual: ser humano. Concepto que deberá
ser usado para la generalidad, guardando los géneros particulares, sus
acepciones para efectos de descripción sin prejuzgar la calidad de igualdad
sino presuponiéndola. Y, todo caso, esta
cuestión tiene carácter de previo y especial pronunciamiento por ser relativo a
la calidad de persona, tanto en el ámbito del Derecho como el de la Filosofía
que sin duda alguna abarca la Antropología.
Para
el Derecho, todo aquel que sea sujeto de derechos y obligaciones es una persona
en el sentido jurídico sin excepciones. Para la Filosofía, todo aquel que este
contenido dentro del concepto ser humano lo es, con todas sus consecuencias,
sin excepciones. Solo los prejuiciados ven por todos lados divisiones, géneros
y subgéneros. Ahora bien, la adopción de un nuevo lenguaje debe estar acompañado
de una práctica sana en la convivencia humana so pena de solo ser, amantes de
los eufemismos.
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