Con
la dominación de las grandes empresas sobre los gobiernos y la imposición de la
economía de mercado a las naciones se sentía ya la inutilidad del
presidencialismo en México. El sistema político se colapsaba por todos lados y
solo el esfuerzo conjunto de gobernantes, televisoras y políticos lo mantenían en
pie., dando la impresión de salud.
El
Estado moderno mexicano se había terminado. El sueño se terminó antes de cumplir
sus fines de bienestar. La solidaridad endeble daba paso al híper
individualismo; el fin común a el fin personal y por encima de lo general; la amistad
cedía ante lo económico. En fin que, la economía ataba todas las acciones
humanas a sus fines materiales. Los antiguos valores cedían sus lugares a los
antivalores. Tiempo de crisis que se necesita recomponer.
¿Qué
quedó de la doctrina Estrada con la cual por mucho tiempo se blindo el gobierno
mexicano de la injerencia extranjera?, solo el esqueleto ya inservible. Se vio
muy rápido lo endeble, lo flaco del gobierno ante las imposiciones de las trasnacionales.
El Partido Revolucionario Institucional no supo y no pudo entender estos
cambios de paradigmas y sus cúpulas siguieron la inercia y arrastraron a los
gustosos Partidos de izquierda y derecha hacia un pacto traicionero para la nación
mexicana.
En
los inicios de su administración Enrique Peña Nieto se veía y lo veían muchos
como un Salvador casi divino. Adela Micha decía, palabras más, palabras menos
que no importaba si Peña Nieto era o no un lector voraz a la hora de gobernar. ¿Dónde
cree esta ínclita periodista que esta el saber para gobernar?. Quizá se
imaginaba que la televisora donde trabajaba tenía la capacidad mágica de guiar
la realidad por donde se les ocurriera. Todo el aparato televisivo fue
insuficiente para siquiera maquillar una realidad que se agrietaba por todos
lados, dejando una realidad nueva con la cual no podían lidiar.
Hoy,
el gobierno es un desastre y el Estado está en ruinas. Peña Nieto y su gabinete
preparan ya su graciosa huida con toda la corrupción e impunidad necesarias
para no ser tocados. Dejan tras su paso miseria extrema y una venta de los
bienes nacionales sin precedentes. La acumulación de riquezas por parte de las
trasnacionales se hará mas profunda como profunda se hará la pobreza en México.
No hay responsables mucho menos culpables. Todo es gestión administrativa en el
marco legal. ¿Qué marco legal permite el empobrecimiento sin responsabilidades?,
el mexicano. Por ello es menester cambiar la Constitución General y que los
gobernantes realmente sean imputables por los delitos que cometen y aun las
mentiras sobre las que basan su política.
En
resumen, el sistema político mexicano con o sin presidencialismo ha dado todo
de sí; no es más que un cascaron hueco donde se refugian los delincuentes
convertidos en políticos y gobernantes. Es responsabilidad de los ciudadanos
construir el nuevo Estado. La híper individualización exige que sean los
ciudadanos los que entren a la escena política como actores principales y no de simple reparto. A la híper individualización le
corresponde la libertad más amplia hasta ahora conocida y esa libertad conlleva
responsabilidad. El gobierno en sus tres niveles está incapacitado para
enfrentar los nuevos retos. Si sobre, personas híper individualizadas va a
recaer la producción y consumo de bines y servicios es necesario que sean las
personas las que, organizadas, emerjan en la política. No hay posibilidad de
que los ciudadanos estén bajo la tutela de los gobernantes y políticos. Es la
hora de los ciudadanos y ellos tienen la palabra y la toma de la acción política.
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