Para
las mujeres la libertad y la verdad son inevitables. Hay dos formas de hacer
esto; por la vía tradicional con hartas batallas o por la vía racional y pacífica.
La hora ha llegado retrasada por los hombres religiosos, por los políticos y
sus seguidores. Por mi parte digo no más. No más no porque claudique a mi
hombría ni este cansado de la vida. Por todo lo contrario. Me siento bien con
las mujeres, no les envidio su libertad ni su saber. Hallo que es imbécil
someterlas. Tengo una madre, hermanas, amigas y compañeras de trabajo muy
agradables y comedidas. No quieren el mal sino todo lo contrario, vivir en paz
y creación. Solo los religiosos me dicen que las mujeres son la cuna, el origen
del pecado original y caigo en cuenta que no sé lo que es el pecado original.
Esa idea no es mía aunque, me la han implantado muy sutilmente con palabras
amables pero crueles. ¿Cómo diablos va a ser mala mi madre, mis hermanas y
mujeres?. Ellas no han hecho las guerras, ni son mayormente criminales asesinas
en serie, ni han esclavizado ni inventado el Santo Oficio; todo lo contrario
han sido víctimas constantes. Me niego a seguir esa línea.
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