sábado, 28 de enero de 2017

AMBICIÓN DESMEDIDA



Los economistas y los neoliberales la llaman economía; es un buen eufemismo para llamar así la ambición desmedida. La acumulación sin límites ha alcanzado grados peligrosos para todos. Hemos llegado a la riqueza insultante y la pobreza vergonzante. Los ricos con su ambición sin límites han superado a los peores dictadores, escudados en la legalidad que ellos mismos han impuesto a los gobiernos. Han forzado a que los políticos y gobernantes de los Estados débiles se vuelvan junto con sus funciones en empresarios. Los han corrompido hasta límites inauditos. Los han vuelto sus gerentes generales.

Los problemas económicos solo se pueden solucionar racionalmente a través de acuerdos entre Estados. Pero al volverse los gobernantes y políticos también empresarios han creado conflictos de intereses  insalvables. No se pueden solucionar los problemas políticos a través de prácticas o imposiciones totalmente económicas; como no se puede sanar a un enfermo rezando o los problemas de la ciencia de la física con métodos del Derecho.

Pueden llamar como quieran su política económica pero saben muy bien que oculta esta su ambición desmedida. Pueden llamar su ambición desmedida con las palabras aparentemente inocentes libre mercado u oferta y demanda.  Para esta locura la ciencia económica y la ciencia política no tienen soluciones. Para solucionar esto se deben limitar sus ambiciones y quitar los conflictos de intereses. Crear un Estado híper moderno donde se imponga el orden racional no el orden irracional. Lo saben pero están enfermos y son capaces de arrastrarnos con su locura hacia más muerte, devastación de la naturaleza, desnutrición, odio sin sentido con tal de que sigan acumulando millones y millones sin parar. Y, en este contexto el resultado necesario es la creación de más pobreza porque no hay riqueza para las mayorías; allí donde no hay equilibrio legal real sino ilusión de justicia y equidad. Han superado incluso a Hitler y son capaces de imponer otros locos desquiciados en los gobiernos con tal de seguir son sus brutales ansias de riquezas sin sentido.



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