En
tiempos de crisis somos proclives a perder la calma, la razón y hacer caso a
los locos y sus más locas ideas aunque nuestra razón nos llame a la cordura. En
México hay muestra de ello. Estábamos hartos del Partido Revolucionario Institucional
y le hicimos caso a Vicente Fox, con Felipe Calderón muchos aplaudieron y
siguen aplaudiendo su loca guerra, Enrique Peña Nieto enamoró a las mujeres.
Los Estados Unidos no están exentos, eligieron a Donal Trump por estar su
orgullo de superioridad en entredicho. En todo el mundo estamos dispuestos a
sacrificar la libertad en aras del orden, aunque este sea despótico, tiránico o
de plano dictatorial.
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