La
historia de los Estados Unidos de Norteamérica, es la historia de la
ilegalidad. Les quitaron sus tierras a los pueblos nativos a punta de espada y
olor a pólvora; siempre con la falsa idea de tener el derecho divino de su
parte; confían en Dios pero más en las armas de todo tipo. Despojaron a México
de más de dos millones de kilómetros cuadrados ilegalmente y a punta de
violencia. Intervinieron en Estados nacionales ilegalmente para derrocar
gobiernos electos democráticamente pero la democracia debe ser al estilo
yanqui, en todo caso se puede señalar como una dictadura con el derecho de
intervención. Han iniciado o intervenido en guerras por pura maldad y engaño,
ahí están las de Vietnam e Irak como simples ejemplos. Esa es la mentalidad que
han forjado las élites blancas para agredir al mundo.
Donald
Trump ganó por diversos factores pero uno de ellos lo es la mentalidad de tener
el derecho divino de agredir sin respuesta; eso es terrorismo y no respuesta a
las agresiones del imperio. El Derecho sostenido por la fuerza sin límites. No
soportan las élites blancas el mínimo fracaso, la mínima critica porque todo se
vuelve ¡América first”, ¡América first!, como si América lo fueran solo los
Estados Unidos y Latinoamérica no contara. Los gobernantes estadounidenses
dictan que es bueno y es malo, las penas y su aplicación directa, se tornan
Juez y Parte. Están enfermos, torcidos. Aquí está contenida toda la psicología
torcida, enferma de una buena parte de los yanquis. No es profunda ni humanista
sino violencia malévola pura.
Claro,
supongo que hay por lo menos la mitad de la nación estadounidense que ve lo
mismo que vemos desde fuera y se opone a todos los efectos de la psicología
blanca. Trump representa la encarnación de la violencia contra todo lo que es
diferente a la supremacía blanca (La estupidez blanca, la realidad no tiene
colores científicamente). Trump es el símbolo de la omnipotencia malévola que
encarna el Derecho divino a decidir cómo debe ser el mundo, la realidad, todo
lo demás es extravío. Las élites y sus secuaces electores sienten que no hace
falta el Derecho, la diplomacia, el Derecho Internacional ni la razón ni el
cumplimiento de acuerdos o su terminación como medios para solucionar los
problemas de cualquier índole sino la violencia desbordada con resultados
inmediatos.
¡América
first, América first!, es el símbolo de todas las injusticias, de todas las
agresiones al mundo, de toda la ilegalidad del gobierno yanqui. Buena parte del
mundo se enfrenta al voluntarismo salvaje que cree que se puede manipular la
realidad a voluntad y sin ninguna consecuencia. Pero el ¡América first!,
también contiene todos los miedos, debilidades de la supremacía blanca, de
todos sus seguidores y creyentes. Han escogido la irracionalidad extrema pero
esta, nunca ha logrado solucionar ningún problema pequeño o grande sino mover
todas las fuerzas para un nuevo orden.
Las
naciones, los pueblos deben unirse para poner coto a las locuras de los
supremacistas blancos. Los pueblos son la piedra fundamental donde toda
política tiene su base, donde todo orden imbrica sus raíces fundamentales. La
clave es no creer en el sueño insano de que un solo hombre puede enmendar y
reivindicar los derechos que se sienten perdidos. El ¡América first!, es lo
mismo que “Deutschland, Deutschland uber alles” del régimen nazi. Esa película
ya la vimos hasta la saciedad.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario