domingo, 29 de enero de 2017

¡AMÉRICA FIRST!. LA HISTORIA DE LOS ESTADOS UNIDOS




La historia de los Estados Unidos de Norteamérica, es la historia de la ilegalidad. Les quitaron sus tierras a los pueblos nativos a punta de espada y olor a pólvora; siempre con la falsa idea de tener el derecho divino de su parte; confían en Dios pero más en las armas de todo tipo. Despojaron a México de más de dos millones de kilómetros cuadrados ilegalmente y a punta de violencia. Intervinieron en Estados nacionales ilegalmente para derrocar gobiernos electos democráticamente pero la democracia debe ser al estilo yanqui, en todo caso se puede señalar como una dictadura con el derecho de intervención. Han iniciado o intervenido en guerras por pura maldad y engaño, ahí están las de Vietnam e Irak como simples ejemplos. Esa es la mentalidad que han forjado las élites blancas para agredir al mundo.

Donald Trump ganó por diversos factores pero uno de ellos lo es la mentalidad de tener el derecho divino de agredir sin respuesta; eso es terrorismo y no respuesta a las agresiones del imperio. El Derecho sostenido por la fuerza sin límites. No soportan las élites blancas el mínimo fracaso, la mínima critica porque todo se vuelve ¡América first”, ¡América first!, como si América lo fueran solo los Estados Unidos y Latinoamérica no contara. Los gobernantes estadounidenses dictan que es bueno y es malo, las penas y su aplicación directa, se tornan Juez y Parte. Están enfermos, torcidos. Aquí está contenida toda la psicología torcida, enferma de una buena parte de los yanquis. No es profunda ni humanista sino violencia malévola pura.

Claro, supongo que hay por lo menos la mitad de la nación estadounidense que ve lo mismo que vemos desde fuera y se opone a todos los efectos de la psicología blanca. Trump representa la encarnación de la violencia contra todo lo que es diferente a la supremacía blanca (La estupidez blanca, la realidad no tiene colores científicamente). Trump es el símbolo de la omnipotencia malévola que encarna el Derecho divino a decidir cómo debe ser el mundo, la realidad, todo lo demás es extravío. Las élites y sus secuaces electores sienten que no hace falta el Derecho, la diplomacia, el Derecho Internacional ni la razón ni el cumplimiento de acuerdos o su terminación como medios para solucionar los problemas de cualquier índole sino la violencia desbordada con resultados inmediatos.

¡América first, América first!, es el símbolo de todas las injusticias, de todas las agresiones al mundo, de toda la ilegalidad del gobierno yanqui. Buena parte del mundo se enfrenta al voluntarismo salvaje que cree que se puede manipular la realidad a voluntad y sin ninguna consecuencia. Pero el ¡América first!, también contiene todos los miedos, debilidades de la supremacía blanca, de todos sus seguidores y creyentes. Han escogido la irracionalidad extrema pero esta, nunca ha logrado solucionar ningún problema pequeño o grande sino mover todas las fuerzas para un nuevo orden.

Las naciones, los pueblos deben unirse para poner coto a las locuras de los supremacistas blancos. Los pueblos son la piedra fundamental donde toda política tiene su base, donde todo orden imbrica sus raíces fundamentales. La clave es no creer en el sueño insano de que un solo hombre puede enmendar y reivindicar los derechos que se sienten perdidos. El ¡América first!, es lo mismo que “Deutschland, Deutschland uber alles” del régimen nazi. Esa película ya la vimos hasta la saciedad.



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