sábado, 28 de enero de 2017

NO MÁS SANGRE INOCENTE



Antaño los gobiernos y los ricos implantaban el nacionalismo como medio para defender sus intereses. Había guerras por el nacionalismo. Morían inocentes de los bandos involucrados mientras los gobernantes y burgueses brindaban o se afligían según iban las guerras pero sin un rasguño.


Los burgueses han tirado las máscaras, ya no son necesarias, tienen el suficiente poder como para ya no ocultarse tras ideologías.  Sin embargo, los pueblos también deben actuar con mucha mayor inteligencia. En las revoluciones o cambios ya no deben morir inocentes. El poder de los ciudadanos debe hacerse sentir en contra de los gobernantes y el poder de los consumidores debe hacerse sentir contra las trasnacionales.


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