Las
redes sociales han llegado para romper el cerco que el gobierno en sus tres
niveles había, durante mucho tiempo, tenido
como un activo monopólico. El gobierno nunca ha sabido cómo lidiar con las
noticias dadas en las redes sociales, ha quedado desnudada la corrupción e
impunidad gubernamental. Esto no les ha gustado y la respuesta ha sido la de
siempre: la represión en todos sus ámbitos y la amenaza de la censura a través de
las leyes.
Ahora
bien, hay excesos en las redes y eso ha dado paso a que los oficialistas
carguen contra los usuarios de las redes sociales al grado de que Humberto Eco bautizó
a los usuarios como “Legión de idiotas”, frase que han adoptado de mala manera
varios periodistas, en concreto Ricardo Alemán, como si tuviera la misma
calidad de Eco. En efecto, el oficialismo y sus jilgueros usan el lado más
flaco de las redes sociales para tratar de desacreditar la diversidad de
expresiones, soslayando que existe para el gobierno una forma que ya está lo
suficientemente madura como para que, la sociedad se organice y entre de lleno
en la política y determine no solo su forma sino sus fines.
La
buena comunicación siempre será necesaria para poner coto a los excesos de los
gobernantes. Siempre habrá desatinos por parte de los usuarios de las redes
sociales pero esto no es suficiente para que se demeriten las redes sociales
como vías de organización. Esto de expresar ideas en medios no es nuevo. A principios
del siglo XX existían los periódicos “El hijo del Ahuizote“ y “Regeneración”
comandados por los hermanos Jesús y Ricardo, ambos de apellidos Flores Magón;
aunque ellos no fundaron el primero sino Daniel Cabrera Rivera, Manuel Pérez
Bibbnis y Juan Sarabia en 1885. Ambos diarios tuvieron como idea central la crítica
satírica de los excesos de Porfirio Díaz, quien terminó por censúralos y al
final cerrarlos y encarcelar a sus dirigentes.
Más
allá de las ideologías partidistas, del origen social, del credo religioso o
no, de la educación académica, de la pertenencia a los diversos estados de la República,
los mexicanos debemos unirnos en la toma de consciencia de la necesidad de organización
social para el ingreso de los ciudadanos a la política para poner coto a los
excesos de los gobernantes. Si ya el gobierno claudicó en la consecución del
bien común y del estado de bienestar y ahora le compete a los ciudadanos alcanzar
todos los bienes y servicios que requieran, sería una locura dejar esto en
manos exclusivas de los gobernantes y políticos tradicionales o impostores que
se hacen pasar por independientes.
Los
gobernantes y políticos tradicionales temen profundamente que los ciudadanos
entren de lleno a la política de forma organizada porque se les termina su negocio
y no hay peor circunstancias para los políticos que haya quien los vigile para
que no rapiñen a su gusto. Praxis política: redes sociales para la organización
social, las calles para las manifestaciones y asambleas.
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