viernes, 20 de enero de 2017

AHORA Y ANTAÑO




Ahora que las pocas líneas de mi vida están trazadas en definitiva no tiene mucha importancia la llegada de un ignorante impulsivo a la presidencia de los Estados Unidos, y, si fuera joven viviría en la calle sin muchas preocupaciones, tal y como lo hice hace mucho tiempo. Los días eran maravillosos. Mi vida era insignificante y estaba fuera de todos los vaivenes de la vida. Los peligros existían claro pero, golpeaban como los rayos que caen en las tormentas, de manera limitada, esporádica y contingente. La principal preocupación era comer justo como hoy lo es la ocupación.

Mi principal interés en casi toda mi vida ha sido el conocimiento como eje central de responderme ciertos misterios. Ya estoy viejo, demasiado quizá. He cruzado mares procelosos y selvas sombrías y muchos de mis acompañantes están ya bajo tierra, pudriéndose, transformándose en energía vuelta a los elementos básicos. E=MC2, eso es todo.

Creo que vivo por una buena dosis de curiosidad. Por momentos me apasionan los hechos; sin embargo, sé que, mi vida esta simbolizada por la lechuza de Minerva que levanta el vuelo a la tarde, cuando ya todo a ocurrido, todo ha pasado y los pensamientos nacen en la oscuridad. La noche reina y el nuevo día hará girar nuevamente los hechos y actos bajo la mirada de unos enormes ojos.

¿En qué puede hacerme daño un viejo que lo reclama la tierra en esta tarde tardía?. Mientras todo se derrumba la energía cinética me impulsa hacia el final, mi final. Un buen cálculo da la idea cercana hacia qué punto caerá el árbol y por donde se perderán mis pasos.

En realidad me aburre la verborrea política, hueca, sin sentido como para considerarla verdadera. Hay que darse cuenta plena de cuando se está casi fuera del escenario Un payaso fuera de forma, fuera de época y fuera de la realidad no es suficiente para sacudir las vidas fuera del epicentro y que ya viajan lejos del rango de la rabia mal contenida. La mala educación es la mala vida de la que escapamos a tiempo. Por buena fortuna. ¿Qué será del loco y el orate dialogando en la profundidad de la noche, huérfano de Minerva?. Estamos durmiendo en mares de cieno con días de furia desbordada. Despierta ya. 


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