martes, 26 de marzo de 2013

TRAICIÓN POR MÉXICO. UN SIMPLE CONVENIO INTER PARTES.





El Pacto por México es la traición al pueblo. La “izquierda” colaboracionista haciendo el papel de “legalidad” y diciendo que es lo que a los mexicanos nos hacen falta son acuerdos para que “avancemos”. ¿Hacia dónde?. Solo están fortaleciendo el viejo presidencialismo a favor de Peña Nieto. Están fortaleciendo un sistema que se esperaba que cambiaran en favor de los mexicanos y resulta que arropan y saludan con amor reverencial a quien representa la falta de legalidad, de legitimidad, al quebrantador del Estado de Derecho y el victimario del pueblo mexicano y la democracia. ¿Qué explicaciones pueden dar ante semejante actitud de entreguismo de la ideología del pueblo, de la manipulación de los intereses del pueblo, de la traición al pueblo?. Esa izquierda olvida que la verdadera oposición política ha costado vidas inocentes durante muchos años. Han sido necesarios muchos años para que el pueblo fuera medianamente escuchado y ahora de un sopetón, bajo la firma de un pacto que beneficia a los ricos, nacionales y extranjeros.  Es una vergüenza nacional tal pacto entre lobos.

Con la excusa de acuerdos entre los partidos con ideologías diversas entre si se ha firmado este pacto que ya de suyo ha traído la reformas de la ley laboral, la educativa, la de telecomunicaciones que no se ve que beneficios traerán a los mexicanos. Prácticamente están encaminadas estas reformas a devolverle el poder del presidencialismo a este gobierno. Decir que se dejan fuera las ideologías y conservar el pragmatismo, es decir, la utilidad y lo que es solo practico en la vida, es envilecer la vida, dejarla sin contenido, sin sentido.

Precisamente, las ideologías políticas tienen el contenido de las clases que representan y que a través de la acción política quieren imponer a los demás en una dialéctica encaminada a la toma de poder. En este sentido, en lo social se deja el nacionalismo, la conciencia de clase, la pobreza y todo deseo de bienestar a las fuerzas ciegas del mercado y como única opción el consumismo por el consumismo. En la educación se deja el conocimiento científico y filosófico profundo en aras de la utilidad y practicidad simples y superficiales. Esto dejaría a la nación mexicana en la dependencia científica y filosófica de quienes si tienen este pensamiento en sus sistemas educativos para dirigir sus acciones. En lo artístico se quiere imponer más profundamente el gusto vulgar de las producciones televisivas con la excusa de no ser estos medios de difusión medios de educación. El pragmatismo que quieren los partidos firmantes del Pacto por México está encaminado a ir bajo la premisa económica que solo ve el consumismo como única y valida opción para las masas. No obstante, las naciones que dejan de sentir la necesidad de arte, filosofía, ciencia y bien común son naciones manipulables. En este contexto se manipula a las naciones para despojarlas de sus recursos naturales, minerales, forestales, petroleros y así en todos los demás rubros.

La fuerza de trabajo se deja como única opción para la sobrevivencia humana a precios paupérrimos. A través de la reforma laboral se tornó la fuerza de trabajo en una mercancía sujeta a la oferta y demanda. Con esto se logran abaratar  los costos de producción en beneficio de los grandes industriales y demás empresas trasnacionales. Esta sujeción económica tiene como efecto mantener a las clases sociales bajas en continua búsqueda de los medios para cubrir el rubro inmediato: la alimentación de la familia. Para ello es menester que más integrantes del hogar trabajen para poder satisfacer los factores básicos de la vida.

Ahora bien, al dejar las ideologías fuera del Pacto por México, el actual gobierno logró de golpe y porrazo desarticular a la oposición y ponerla a trabajar a favor del gobierno. Así, se dejan los intereses de la derecha opositora con acción mínima y a las clases bajas sin verdadera representación de sus intereses. No está el pueblo representado en este Pacto por México. Nunca se le preguntó, ni se tuvo la mínima intención de consultar al pueblo cual debería ser la dirección que debería tener este convenio entre los representantes de los partidos.

Eso, fue. Un simple convenio entre los dirigentes que simularon tener poderes plenipotenciarios para empeñar la palabra del pueblo. En cuanto no funcione este convenio todos se deslindaran y no habrá responsabilidad alguna por el dispendio de los recursos nacionales. Quieren a través de este convenio quieren debilitar aún más al pueblo mexicano y en consecuencia administrar la debilidad nacional.

No es, con simple pragmatismo, voluntad de líderes y otorgando más poderes constitucionales y meta constitucionales a un presidente vanidoso como se van a resolver los problemas de fondo de la nación mexicana. Para ello hace falta un pueblo fuerte, consciente de su posibilidad en la ciencia, filosofía, arte y todos los rubros inherentes de la vida.


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