Aqui esta su traduccion sin pulir.
BREVÍSIMA
INTRODUCCIÓN
Es
costumbre y defecto que la historia tenga severas deficiencias cuando no se
tiene el rigor científico, los métodos y la mejor perspectiva de los hechos.
Aquí está David C. Linberg dando muestras de todo lo contrario. Reformando la
historia de la ciencia, poniendo todos los ricos elementos omitidos por los
historiadores “clásicos”.
GALILEO,
LA IGLESIA Y EL COSMOS.
La
lucha de Galileo con la iglesia católica romana sobre el arreglo de lo que
ahora llamamos el “sistema solar”, fue un evento multifacético. Es bien sabido,
por supuesto, que esto fue un choque de ideas –entre las afirmaciones
científicas sostenidas por una pequeña lista de científicos reformadores sobre
una mano y las doctrinas teológicas opositoras apoyadas por siglos de tradición
de la iglesia en la otra. Infortunadamente, esta versión de la historia se ha
probado así misma vulnerable por el simplista elaboración de blanco y negro. En
la recalentada retórica de la que gusta a Andrew Dickson White y muchos otros
escritores populares, esto ha llegado a ser un cuento a muerte entre las voces
científicas de libertad y las fuerzas de intolerancia teológica- y, como un
bono bienvenido, una oportunidad para apocar a la Iglesia Católica. Tal como si
esto pudiera hacer buen drama, pero esto es seriamente una deficiencia de la
historia.
Otros
escritores, con la misma concentración sobre las ideas teológicas y
cosmológicas pero gran respeto por los registros históricos, han publicado
estudios matizados que exploran la calidad de los argumentos de Galileo y la
naturaleza de las corrientes teológicas por entonces en funcionamiento en la
iglesia Católica. Aquí o empezamos a ver aspectos importantes de la lucha entre
Galileo y el mando de la iglesia. En la apuesta no solo el significado de
ciertos pasajes bíblicos que se dirigieron (o pareció dirigirse) a los puntos cosmológicos, sino también a la
cuestión más grande de quien tenía el derecho para determinar la verdad (y
otras científicas),cosmológica. La tensión sobre tal materia tenía una larga
historia dentro de la Cristiandad, y este fue un factor importante en el asunto
Galileo.
Pero
si nos detuviéramos aquí la historia podría estar incompleta, por (como esboce
arriba), omitir la dimensión humana. No debemos olvidar nunca que,
estrictamente ablando, las ideas no pueden chocar las afirmaciones teoréticas
no puede, por ellas mismas, comprometerse en combate. Son las personas las que
pelean sobre las afirmaciones metodológicas y teoréticas, las personas que
chocan sobre los puntos ideológicos. Y cuando las personas involucran los
intereses humanos y las circunstancias locales están inevitablemente presentes también.
Mi propósito en el presente ensayo, por lo tanto, es traer la historia a la
Tierra y revelarla como un evento histórico concreto, situado en el tiempo y en
el espacio – influenciado, sin duda alguna, por las creencias teológicas y
cosmológicas, pero también poderosamente formado por las circunstancias locales
y los intereses de un grupo importante de actores históricos.
Galileo
Galilei, nació el 15 de febrero de 1664 en la ciudad de Pisa – unas cincuenta
millas de Florencia, bajo cuyo control había caído en 1406. El hijo mayor de un
músico de la corte de talento considerable, Galileo fueprimero educado en Pisa,
más tarde en la escuela de un monasterio en las colinas en las afueras de
Florencia. En 1581 el tomó estudios médicos en la Universidad de Pisa, pero un
año más tarde los abandonó; subsecuentemente estudio matemáticas privadamente con
un tutor y a la larga emprendió un programa extendido de auto educación. Nunca
ganó un grado universitario, pero eventualmente llegó a ser profesor
universitario. En 1589 Galileo asumió la función de la enseñanza en matemáticas
en la Universidad de Pisa, gracias a la intervención de Guidobaldo del Monte,
un distinguido matemático y un miembro influyente de la nobleza. Tres años más
tarde Galileo se mudó a la Universidad de Padua (in la República Veneciana),
donde permaneció hasta 1610, cuando renuncio con la orden de regresar a
Florencia como filósofo y jefe matemático del gran duque de Toscana. Galileo
primero llegó a involucrase seriamente en el debate heliocéntrico justo antes
de regresar, en los años 1609-1610.
Traducción:
Víctor Hugo Míaz Serrano
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