lunes, 4 de marzo de 2013

A OTRO HUESO CON ESE PERRO




Con relación a las intenciones de los priistas y a los hechos facticos casi son una inversión de mentira y verdad en la realidad; es decir, que si dicen que aplican la ley lisa y llana, es, todo lo contrario y si dicen que no privatizaran a Pemex la verdad será lo opuesto.

Ciertamente, son una buena secta dialéctica y retorica que en esos oficios bien saben ambas materias para conseguir sus fines. Dice Roberto Madrazo que Peña Nieto solo plica las leyes. ¿Qué credibilidad puede tener un tramposo y mentiros en cualquier rubro?, ninguna, efectivamente. Con solo recordar la campaña que hizo cuando quería lograr la candidatura presidencial y que contendió contra Labastida y Montiel, Madrazo queda invalidado tanto formal como de facto. Por si eso fuera poco existe una anécdota (eso no le quita su fuerza verídica) de cuando corrió el maratón de Berlín en 2007, haciendo trampa. Se regodeo hasta el cansancio y solo cuando descubrieron el fraude que había cometido, Madrazo dio una serie de explicaciones ridículas.

Lo que Peña Nieto intenta hacer es reunir en su persona todo el poder posible para que la gobernabilidad del pueblo de México se dé a través de la fuerza del Estado y no en el marco de la democracia. Al abolir la “sana distancia” que había impuesto Zedillo, de hecho Peña Nieto está reuniendo en sí mismo todo el poder necesario para volver al “presidencialismo”, es decir que los dos restantes órganos del Estado, legislativo y judicial respondan al “liderazgo” del ejecutivo”. Lo primero lo está intentando con el golpe efectivista contra Elba Esther, lo segundo, lo intentaran en las elecciones correspondientes a las cámaras que componen el Congreso de la Unión.

Si a lo anterior, se le suma el desprestigio que tratan de imponer en la opinión publica respecto de las instituciones para así cambiar a los consejeros o integrantes de estas instituciones y después imponer a consejeros afines a los intereses priistas se verá que la democracia requiere una constante defensa. No es, como lo quieren hacer ver los teóricos afines al sistema que vociferan que ya estamos en una democracia sin regreso y que no nos debemos preocupar y que, por el contrario nos vayamos a nuestros trabajos y ocupaciones a seguir luchando por un mejor México. Juntos lo haremos. No, eso es retórica hueca. Los priistas no son buenos en la política del bien común sino en el bien faccioso.

Dice Peña Nieto que él no tiene ideología sino que cree en los resultados y casi lo creo. La postura de decir que cree en los resultados ya es una postura ideológica. Es evidente que por sí mismo no podría lograr adquirir una postura ideológica basada en una corriente filosófica, económica, política o de una índole metódica. No, lo suyo es, la practica banal, frívola de vivir entre cosas mercantiles y hacer de esas cosas valores de consumo y no otra cosa. Para Peña Nieto los valores de amistad, solidaridad, bien común, justicia y otros no son más que estorbos para imponer el consumismo.

La declaración que hace de que ninguna persona está por encima de la ley, deviene en falsa y ridícula para el Estado de Derecho y el pueblo mismo. Resulta más una amenaza velada en contra de quienes podrían oponerse a la “gobernabilidad” ya sean estos disidentes o poderes facticos. Así se debe entender esta declaración. Es ridículo que diga que ninguno estará por encima de la ley, siendo que él fue el primero con romper y corromper el Estado de Derecho.

Ahora bien, asevero que hay tres factores que tendrá que tomar en cuenta y que serán los obstáculos más difíciles de vencer por no decir, imposibles. Primero, ya muchos de los nuevos ciudadanos no crecieron bajo el sistema de partido totalitario; segundo, las redes sociales hacen imposible imponer una ideología única en la sociedad y, tercero, existe un sistema de partidos que bien puede hacer contra peso empujados por la sociedad. Aunque en estos momentos los priistas han logrado enceguecer a los perredistas y panistas para que estos sirvan como comparsas en un Pacto por México que sirve solo como fachada de lo que se está cocinando y que ya exprese en líneas generales.

Finalmente están los intelectuales, luchadores sociales y la sociedad civil que si bien representan la minoría (entre el 10% del total de la nación), no es, despreciable su poder de incidencia en lo que se refiere a Res publica (cosa pública) o Republica, es decir lo que atañe a todos los ciudadanos. Es allí donde se dará la resistencia más dura. En múltiples ocasiones se ha tratado de volver dócil y pasivo al pueblo y este ha respondido a esos planes perversos con un devenir siempre en oposición y generalmente sorteando tales males autoritarios. Cierto es, que no lo hace el pueblo de manera ideal ni en los tiempos cortos deseados pero no se le ha podido someter del todo.

En estos momentos en que se trata de imponer el presidencialismo en contra de los intereses del pueblo, este mismo tiene la palabra y la acción para mostrar que en verdad quiere la democracia. 


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