Los
ministros deberían haber extendido su criterio a las expresiones puta, zorra,
perra y demás palabras que se usan para denigrar a la mujer y a toda forma de discriminación
contra todos y en cada caso particular, sectorial, de clase o condición económica.
No lo hicieron y en tal caso se muestran cortos y conservadores. Una justicia
selectiva no es tal. Una suprema Corte de Justicia de la Nación que mostrara el
camino hacia la impartición de justicia plena aunque no absoluta, para no
pretender un ideal, seria de muy buena ayuda en el ejercicio de la soberanía popular.
Parece que están tan cómodos en la oscilación hacia el progreso y hacia el
conservadurismo para no sufrir ataques ni críticas que se quedan sin dar el paso definitivo. Estan tan alejados de la realidad que no puede menos que solicitarles despierten de su sueño dogmático, acrítico
de su quehacer. Quehacer que no es menor sino el ejercicio de la soberanía, es
decir, del mandato del pueblo.
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