En México se
alaba al pueblo diciéndole que es soberano y el pueblo tiene una Constitución
llena de derechos que podrá hacer pensar que hay democracia. Sin embargo, no
hay forma de que los malos gobernantes rindan cuentas claras y que la nación les
demande su incumplimiento en sus administraciones evidentemente ilícitas. Hay
una clara sujeción del pueblo a un sistema injusto. Republica representativa
significa que lo que hagan los políticos electos pasará como si fueran las órdenes
del pueblo. Así, nunca se consulta en lo mínimo al pueblo y actúan los
gobernantes impunemente. Todo se trata de una simulación. Los ciudadanos están en
una especie de disminución de capacidad para poder decidir el rumbo de la República.
Lo único que importa en México es que los ciudadanos voten y después se olviden
de intervenir en la política. De esta manera los gobernantes pueden dilapidar
el erario, malbaratar los recursos naturales y dejar que todo quien tenga la capacidad
económica explote los bienes nacionales y los servicios públicos a placer.
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