viernes, 4 de enero de 2013

UNA BELLA MENTIRA




"Todos somos genios. Pero, si juzgas a un pez por su habilidad para escalar un árbol, pasará toda su vida pensando que es estúpido." Albert Einstein.

Einstein contagiado por el cristianismo, no hallaba forma de alabar a los demás. Imagino, entonces que los seres humanos somos lisa y llanamente iguales en todo y por todo, al grado de elevar a todos los seres humanos a la categoría de genios. Ahora bien, en su explicación Einstein pone como sinónimos habilidad y facultad. La habilidad se atribuye a la técnica mientras que la facultad a la ciencia, a la capacidad mental.

No estoy en contra del humanismo y de los derechos de todas las personas. Solo quiero hacer ver que hasta los más grandes genios tenían sus momentos de ofuscación. En el caso concreto Einstein partió de una generalidad que la realidad refuta, es decir, hizo uso de un silogismo que ocultaba el error lógico. Premisa mayor premisa menor y conclusión. Bien se pueden formular sus palabras de la manera siguiente:

Premisa mayor: “Todos somos genios”.

Premisa menor: Tal x no puede pensar.

Conclusión: X pasará toda su vida pensando que es estúpido.

En el caso presente se ve que Einstein no se ajusta a la lógica. Al tratar de llevar sus aseveraciones al plano lógico, no cumple con las reglas. Es evidente que a un genio de su talla debe pedírsele razonamientos lógicos que lleven a la claridad como es de esperar en él. Claro que eso no merma en ápice alguno su obra. Solo muestra que es como dijera Nietzsche: Humano, demasiado humano.

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