Tenemos
una vida regida por hábitos, costumbres, deseos y convencionalismos que nos hacen
vivir inconscientemente, tenemos una vida inauténtica que no falsa. Ahora bien,
dentro de la vida inconsciente podemos tener deseos impulsivos como la búsqueda
basada en felicidad como efecto de la soledad y limitación humana entre otras
cosas. Es decir tenemos necesidad de la búsqueda impulsiva de la felicidad como
único fin y que se muestra muy estrecho y plano. En efecto sin saberlo la gente
puede tener un telos (fin) no escogido que se hace más inalcanzable por ser
confuso, único y sin más opciones. Para escoger, más o menos libremente un fin,
se requiere un esfuerzo mayor de lo que común se cree, donde haya un proyecto
de vida donde la felicidad no sea el único fin en sí. Quienes escojan
conscientemente un telos con su correspondiente proyecto puede o no ser felices
pero tendrán al final la satisfacción de haber tenido una intención global y un
resultado. Somos plenamente responsables de lo que escogemos conscientemente.
Una vida donde los fines sean impuestos no serán vidas plenas en su concepción cabal.
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