domingo, 30 de septiembre de 2018

LA CONSTRUCCIÓN DE LA CUARTA TRANSFORMACIÓN




En la juventud se construyen sueños, esperanzas y se hacen planes que la realidad se va encargando de destruir o modificar. Si se hace una reflexión personal de lo que se añoraba y lo que se es hoy se verá que la diferencia entre el ayer y el hoy, es enorme. ¿Dónde quedaron los sueños?. En el mundo del deber ser por supuesto. Nos queda el ser, la verdad, la realidad que por cierto es rica si se tiene el paladar para ello.

Por buena fortuna en lo público tenemos ya la experiencia suficiente, la historia suficiente y espero que la madurez suficiente para poder forjar el futuro inmediato, mediato y el lejano. Los tres momentos históricos que llamamos “Transformaciones”, son ricos en enseñanza como para reflexionar sobre los hechos y actos que los forjaron y sus consecuencias. El romanticismo, el idealismo deben quedar fuera de esta construcción llamada “Cuarta Transformación”.

Por cierto ¿transformación de qué y para qué?. Transformación de un régimen totalitarista, dictatorial, injusto, represor y cerrado, hacia sus antípodas los valores de pluralidad, democracia, justo, protector y abierto. No se puede soslayar que el pueblo mexicano es rico en su pluralidad social pero que debe ser incluyente de las minorías; si el marco legal era injusto teniendo como base la prueba confesional que se arrancaba por cualquier medio de tortura salvaje se debe abandonar ya esos métodos para pasar al Derecho científico; el presidente de la república y todos los servidores públicos deben abstenerse de usar a las fuerzas armadas, el poder del Estado para reprimir al pueblo y en plena consciencia, el pueblo mexicano debe abrirse ante los demás pueblos para vivir y convivir con el respeto debido y participando en el cuidado del planeta.

Pasaremos a ver las tres transformaciones con fechas que son arbitrarias con la realidad pues con las mismas no se terminan épocas pero sirven de referencia para la mejor comprensión de la historia. Cada uno vaya haciendo las reflexiones e investigaciones que crea pertinentes.

Veamos por inicio la primera transformación en sus hechos y actos básicos. Por primero de cuentas la revolución de independencia no se llevo a cabo entre el pueblo mexicano y un ejército español sino básicamente entre mexicanos, los que estaban a favor de la independencia y los que estaban a favor de seguir siendo súbditos del rey de España, Fernando VII, que por entonces estaba bajo el poder de Napoleón Bonaparte.  No fueron los revolucionarios los que llevaron a cabo la independencia sino en un inicio quien tenía la encomienda de derrotar a los independentistas, Agustín de Iturbide en conjunción con el ejército revolucionario y el que comandaba. La fecha de independencia el 27 de septiembre de 1821. A partir de aquí siguió un largo camino de construcción de lo que hoy, es México con grandes problemas y desaciertos al punto de perder mas de la mitad del territorio mexicano.  La adolescencia tiene su costo. Las formas de vida virreinales siguieron subsistiendo.

La segunda transformación es la separación del Estado eclesiástico del Estado Civil y que se cimienta con la Constitución  General de 1857 que trató de terminar con los fueros militares y eclesiásticos y en buena medida lo logró pero los militares y sacerdotes no perdieron su poder por decreto y muchos años harían falta para pasar a segundo plano. Todavía gobernaron hasta bien entrado el siglo XX con el general Lázaro Cárdenas del Río y Manuel Ávila Camacho (1940-1946). Bien.

En este contexto de zozobra don Benito Juárez, fue cuatro veces presidente de la república, muriendo de angina de pecho en su cuarto mandato. Le siguió como presidente Sebastián Lerdo de Tejada entre 1872 hasta 1976. Como se ve ya estaba en el ambiente el repudio por la reelección y con este pretexto se alzó en armas el general Porfirio Díaz jurando combatir este hecho pero que, tan luego llegó al poder no lo soltó sino con otro movimiento armado, la revolución mexicana de 1910. No nos fue bien con esta primera transformación en lo material pues e perdió más de la mitad del territorio mexicano y en lo político se balbuceaba.

Esta segunda transformación fue muy difícil para el Estado mexicano y tratando de llegar a la democracia nos quedamos como pueblo estancados en la dictadura personal de Díaz y quedando en predicho los gobiernos de Juárez y de Lerdo de Tejada como antecedentes dictatoriales. Claro, no se puede juzgar este periodo con los hechos y actos malos sin en su integridad pues sería injusto. Sin embargo, esto lo dejaremos para otra ocasión. Por el momento solo diremos que en lo político se tuvieron claroscuros. Avance político y jurídico con Juárez y retroceso político, social y económico con Díaz a grandes rasgos. En esta segunda transformación el Estado mexicano se consolidó pero al pueblo, en general, no le fue bien.  

La tercera transformación se hizo contra la dictadura personal de Díaz. Como reacción se dio una contrarrevolución liderada por Félix Díaz, Bernardo Reyes y Victoriano Huerta. Son asesinados Francisco I. Madero y José María Pino Suárez y la revolución siguió con una matazón de líderes y pueblo. Fueron muertos violentamente Emiliano Zapata, Francisco Villa, Venustiano Carranza, Felipe Ángeles por nombrar algunos. La economía quedó devastada. Con todo, esto no es lo más grave; lo más grave fue que se sujetó al pueblo mexicano a la dictadura del partido único de Estado, el Partido Revolucionario Institucional por 89 años.

La primera transformación tuvo un lapso de tiempo de 49 años, la segunda 53 y la tercera 108. Si bien de fondo y en definitiva no hemos podido transitar hacia la democracia plena no menos cierto es que durante estos periodos se han logrado construir instituciones y avanzar en lo político, en lo jurídico y social; en lo económico estamos peor con la deuda de más de diez billones de pesos. Como se ve, la tarea es mucha.

Es necesario tomar plena consciencia y no esperar que esta “Cuarta Transformación”, se haga en poco tiempo y por decreto. El problema central de los mexicanos viene desde los pueblos prehispánicos. El imperio mexica estaba sostenido por las armas y no le faltaban enemigos poderosos como los tlaxcaltecas que al final fueron los que terminaron derrotándolos en alianza con los españoles, cholultecas, huejotzincas y demás aliados. Claro, los españoles, menos de mil, supieron sacar la gran tajada de esta unión artificial.

En la guerra de independencia fue el pueblo mexicano quien se enfrascó en la guerra civil entre los que estaban por la independencia y los que querían seguir gobernando y perteneciendo al imperio español.

En la guerra de Reforma fueron mexicanos, liberales contra conservadores, los que derramaron sangre mexicana por tratar de imponer cada grupo su visión de modelo político, república o monarquía y que dio paso a la injerencia extranjera de Inglaterra, Francia, España y los Estados Unidos de Norteamérica para bien y para mal.  

La revolución mexicana fue lo mismo, guerra intestina con resultados no favorables para la nación mexicana sin que todo haya sido malo. Pero lo central es que, somos los mexicanos los que nos enfrascamos en combatirnos entre si al punto de no dejarnos avanzar hacia el bienestar general sino personal, parcial y de grupos.

Ojala y este breviario histórico nos haga reflexionar y dejar las diferencias radicales para poder construir en definitiva un régimen democrático y justo en donde todos tengamos oportunidades de educación, de salud, de seguridad pública, de trabajo, de libertad y justicia y se erradiquen las formas monárquicas del gobierno y se cumpla en lo posible la igualdad humana en sus términos reales y no ideales.



No hay comentarios.:

Publicar un comentario