En
la juventud se construyen sueños, esperanzas y se hacen planes que la realidad
se va encargando de destruir o modificar. Si se hace una reflexión personal de
lo que se añoraba y lo que se es hoy se verá que la diferencia entre el ayer y
el hoy, es enorme. ¿Dónde quedaron los sueños?. En el mundo del deber ser por
supuesto. Nos queda el ser, la verdad, la realidad que por cierto es rica si se
tiene el paladar para ello.
Por
buena fortuna en lo público tenemos ya la experiencia suficiente, la historia
suficiente y espero que la madurez suficiente para poder forjar el futuro
inmediato, mediato y el lejano. Los tres momentos históricos que llamamos “Transformaciones”,
son ricos en enseñanza como para reflexionar sobre los hechos y actos que los
forjaron y sus consecuencias. El romanticismo, el idealismo deben quedar fuera
de esta construcción llamada “Cuarta Transformación”.
Por
cierto ¿transformación de qué y para qué?. Transformación de un régimen totalitarista,
dictatorial, injusto, represor y cerrado, hacia sus antípodas los valores de
pluralidad, democracia, justo, protector y abierto. No se puede soslayar que el
pueblo mexicano es rico en su pluralidad social pero que debe ser incluyente de
las minorías; si el marco legal era injusto teniendo como base la prueba
confesional que se arrancaba por cualquier medio de tortura salvaje se debe
abandonar ya esos métodos para pasar al Derecho científico; el presidente de la
república y todos los servidores públicos deben abstenerse de usar a las
fuerzas armadas, el poder del Estado para reprimir al pueblo y en plena consciencia,
el pueblo mexicano debe abrirse ante los demás pueblos para vivir y convivir
con el respeto debido y participando en el cuidado del planeta.
Pasaremos
a ver las tres transformaciones con fechas que son arbitrarias con la realidad
pues con las mismas no se terminan épocas pero sirven de referencia para la
mejor comprensión de la historia. Cada uno vaya haciendo las reflexiones e investigaciones
que crea pertinentes.
Veamos
por inicio la primera transformación en sus hechos y actos básicos. Por primero
de cuentas la revolución de independencia no se llevo a cabo entre el pueblo
mexicano y un ejército español sino básicamente entre mexicanos, los que
estaban a favor de la independencia y los que estaban a favor de seguir siendo súbditos
del rey de España, Fernando VII, que por entonces estaba bajo el poder de Napoleón
Bonaparte. No fueron los revolucionarios
los que llevaron a cabo la independencia sino en un inicio quien tenía la
encomienda de derrotar a los independentistas, Agustín de Iturbide en conjunción
con el ejército revolucionario y el que comandaba. La fecha de independencia el
27 de septiembre de 1821. A partir de aquí siguió un largo camino de construcción
de lo que hoy, es México con grandes problemas y desaciertos al punto de perder
mas de la mitad del territorio mexicano. La adolescencia tiene su costo. Las formas de
vida virreinales siguieron subsistiendo.
La
segunda transformación es la separación del Estado eclesiástico del Estado
Civil y que se cimienta con la Constitución General de 1857 que trató de terminar con los
fueros militares y eclesiásticos y en buena medida lo logró pero los militares
y sacerdotes no perdieron su poder por decreto y muchos años harían falta para
pasar a segundo plano. Todavía gobernaron hasta bien entrado el siglo XX con el
general Lázaro Cárdenas del Río y Manuel Ávila Camacho (1940-1946). Bien.
En
este contexto de zozobra don Benito Juárez, fue cuatro veces presidente de la república,
muriendo de angina de pecho en su cuarto mandato. Le siguió como presidente Sebastián
Lerdo de Tejada entre 1872 hasta 1976. Como se ve ya estaba en el ambiente el
repudio por la reelección y con este pretexto se alzó en armas el general Porfirio
Díaz jurando combatir este hecho pero que, tan luego llegó al poder no lo soltó
sino con otro movimiento armado, la revolución mexicana de 1910. No nos fue
bien con esta primera transformación en lo material pues e perdió más de la
mitad del territorio mexicano y en lo político se balbuceaba.
Esta
segunda transformación fue muy difícil para el Estado mexicano y tratando de
llegar a la democracia nos quedamos como pueblo estancados en la dictadura personal
de Díaz y quedando en predicho los gobiernos de Juárez y de Lerdo de Tejada
como antecedentes dictatoriales. Claro, no se puede juzgar este periodo con los
hechos y actos malos sin en su integridad pues sería injusto. Sin embargo, esto
lo dejaremos para otra ocasión. Por el momento solo diremos que en lo político se
tuvieron claroscuros. Avance político y jurídico con Juárez y retroceso político,
social y económico con Díaz a grandes rasgos. En esta segunda transformación el
Estado mexicano se consolidó pero al pueblo, en general, no le fue bien.
La
tercera transformación se hizo contra la dictadura personal de Díaz. Como reacción
se dio una contrarrevolución liderada por Félix Díaz, Bernardo Reyes y
Victoriano Huerta. Son asesinados Francisco I. Madero y José María Pino Suárez
y la revolución siguió con una matazón de líderes y pueblo. Fueron muertos
violentamente Emiliano Zapata, Francisco Villa, Venustiano Carranza, Felipe Ángeles
por nombrar algunos. La economía quedó devastada. Con todo, esto no es lo más
grave; lo más grave fue que se sujetó al pueblo mexicano a la dictadura del
partido único de Estado, el Partido Revolucionario Institucional por 89 años.
La
primera transformación tuvo un lapso de tiempo de 49 años, la segunda 53 y la
tercera 108. Si bien de fondo y en definitiva no hemos podido transitar hacia
la democracia plena no menos cierto es que durante estos periodos se han logrado
construir instituciones y avanzar en lo político, en lo jurídico y social; en
lo económico estamos peor con la deuda de más de diez billones de pesos. Como
se ve, la tarea es mucha.
Es
necesario tomar plena consciencia y no esperar que esta “Cuarta Transformación”,
se haga en poco tiempo y por decreto. El problema central de los mexicanos
viene desde los pueblos prehispánicos. El imperio mexica estaba sostenido por
las armas y no le faltaban enemigos poderosos como los tlaxcaltecas que al
final fueron los que terminaron derrotándolos en alianza con los españoles,
cholultecas, huejotzincas y demás aliados. Claro, los españoles, menos de mil,
supieron sacar la gran tajada de esta unión artificial.
En
la guerra de independencia fue el pueblo mexicano quien se enfrascó en la
guerra civil entre los que estaban por la independencia y los que querían seguir
gobernando y perteneciendo al imperio español.
En
la guerra de Reforma fueron mexicanos, liberales contra conservadores, los que
derramaron sangre mexicana por tratar de imponer cada grupo su visión de modelo
político, república o monarquía y que dio paso a la injerencia extranjera de
Inglaterra, Francia, España y los Estados Unidos de Norteamérica para bien y
para mal.
La
revolución mexicana fue lo mismo, guerra intestina con resultados no favorables
para la nación mexicana sin que todo haya sido malo. Pero lo central es que,
somos los mexicanos los que nos enfrascamos en combatirnos entre si al punto de
no dejarnos avanzar hacia el bienestar general sino personal, parcial y de grupos.
Ojala
y este breviario histórico nos haga reflexionar y dejar las diferencias radicales
para poder construir en definitiva un régimen democrático y justo en donde
todos tengamos oportunidades de educación, de salud, de seguridad pública, de trabajo,
de libertad y justicia y se erradiquen las formas monárquicas del gobierno y se
cumpla en lo posible la igualdad humana en sus términos reales y no ideales.
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