Éxito,
del latín exitus (Salida), se refiere al resultado que se obtiene de
determinada situación o problema que coloca al individuo, grupo o nación por
sobre la mayoría del resto. El éxito es lo que los seres humanos buscan incansablemente
y esto, se vuelve sospechoso. ¿Por qué se quiere tener éxito a toda costa?. ¿Es
el éxito una meta meramente mía?.
Por
lo general, el éxito es diferente en las distintas épocas. La inteligencia, la
fuerza, la obtención de riquezas materiales, el ejercicio del poder son algunos
de los objetivos que se tienen para considerarse exitosos. En la antigüedad clásica
europea se consideraba exitoso ser inteligente, bien proporcionado y fuerte. Desde
el siglo V hasta el XV ser exitoso era salvar el alma, se fuera rico o pobre.
Desde el siglo XV hasta la actualidad ser exitoso es ser rico o detentar al
poder político. Últimamente estar rodeado de cosas materiales es mucho mejor
que tener el poder político.
Lo
que tienen en común estos modelos de éxito son impuestos por la sociedad, no
son verdaderas metas personales. Algunos seres humanos como Sócrates o San Francisco
de Asís se han dado cuenta de no tener necesidad de riquezas materiales en
exceso para vivir; claro, el segundo, fue engañado o seducido por el
cristianismo para tomar tal posición ante la vida.
En
la Edad Media era un fin exitoso ser humilde pues el mundo material estaba
corrompido y se trataba de salvar el alma incorrupta; esto, sin dejar de
observar que muchos atesoraban lo material aunque dijeran lo contrario. Este
pensamiento y comportamiento lo impuso el cristianismo no era un fin personal;
hoy, se trata de acumular la mayor cantidad de riqueza con determinadas características
formales en el vestuario para ser considerado exitoso. La gran mayoría se les
hace absurdo, ridículo el éxito sin cosas materiales en su mayor cantidad.
Lo
trágico es que, solo unos pocos pueden lograr acumular grandes riquezas, mientras
la inmensa mayoría está destinada a pasar por la vida con penurias. Y, sin
embargo, es posible ser exitoso si cada uno siguiera sus propias metas pero
esos es imposible. Únicamente unos pocos logran tener consciencia profunda y
seguir sus propias pautas con lo justamente necesario de lo material para poder
vivir. La mayoría seguirá el modelo inalcanzable de acumular riquezas sin
sentido y siguiendo un plan ajeno.
El
error fatal se encuentra en creer que teniendo posesiones o propiedades en
grandes cantidades se puede acrecentar
el ser. Las cosas materiales nunca pueden hacer plano al ser humano pues son el
limitante del ser cuando se atesoran y se deja de desarrollar el ser. Estos es
como una automutilación, una forma de desgarrase con la dureza material. Una visión
triste es ver a una persona rodeada de cosas, nadando entre ella, braceando en
la penumbra hasta el cansancio sin poder ver a los demás seres humanos, a los más
cercanos.
El
ser únicamente puede volverse exitoso cuando se vuelve pleno, para lo que está
destinado con base en su naturaleza humana, su fuerza física y su actividad
mental. Imaginen imponerle a personas diversas un mismo objetivo. Seguramente habrá
quienes fallen. Lo mejor sería que cada uno supiera quien es y sus
posibilidades. Pero precisamente se ha vuelvo ciegos a los seres humanos para
imponerles fines ajenos para que trabajen y “piensen” en tener éxito cuando en
la realidad hacen todo lo contrario a sus intereses. Se trata pues, no de
descolonizarse sino de desprogramarse de fines ajenos hasta donde sea posible.
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