martes, 18 de septiembre de 2018

DE LA MANERA Y PERSONA DEL GRAN MONTEZUMA, Y DE CUÁN GRANDE SEÑOR ERA



CAPITULO XCI

DE LA MANERA Y PERSONA DEL GRAN MONTEZUMA, Y DE CUÁN GRANDE SEÑOR ERA

Era el gran Montezuma de edad hasta cuarenta años y de buena estatura y bien proporcionado, y ceceño, y pocas carnes, y el color ni muy moreno, sino propio color y matiz de indio, y traía los cabellos no muy largos, sino cuanto le cubrían las orejas, y pocas barbas, prietas y bien puestas y ralas, y el rostro algo largo y alegre, y los ojos de buena manera, y mostraba en su persona, en el mirar, por un cabo amor y cuando era menester gravedad; era muy pulido y limpio, bañábase cada día una vez a la tarde[1]; tenía muchas mujeres por amigas, hijas de señores; puesto que tenía dos grandes cacicas por sus legítimas mujeres, que cuando usaba con ellas eran tan secretamente que no le alcanzaban a saber sino alguno de los que le servían. Era muy limpio de sodomías; las mantas o ropas que se ponía un día, no se las ponía sino de tres a cuatro días; tenía sobre doscientos principales de su guarda en otras salas junto a la suya, y éstos no para que hablasen todos con él, sino cúal y cúal, y cuando le iban a hablar se habían de quitar las mantas ricas y ponerse otras de poca valía, mas habían  de ser limpias, y habían de entrar  descalzos y los ojos bajos, puestos tierra, y no mirarle a la cara, y con tres reverencias que le hacían y le decían en ellas: “Señor, mi señor, mi gran señor” primero que a él llegasen, y desde que le daban relación a lo que iban, con pocas palabras les despachaban; no le volvían las espaldas al despedirse de él, sino la cara y ojos bajos, en tierra, hacia donde estaba, y no vueltas las espaldas hasta que salían de la sala. 

Días del Castillo, Bernal. Historia Verdadera de la Conquista Nueva España. Tomo I.
México 1979. Editorial Promexa Editores. Páginas 181, 182.


[1] Tachado en el original: cerca del Ave María

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