Es lastimoso
ver a docenas de jóvenes ingresar al Colegio de Filosofía sin que sepan que su
futuro esta tan vendido como una papa bien procesada por una empresa de comida rápida.
Salen llenos de una autosuficiencia nula de todo impacto social como resultado
de su nula intelectualidad. Los loros y pericos tienen más gracia con sus feas
voces que esos niños convertidos en aves de llamativo pelaje. No pueden dar nunca
en el blanco.
La vieja
idea de la interpretación libre de la biblia (un libro por demás detestable),
se ha puesto en boga a través del neoliberalismo/consumismo y los aficionados a
la Filosofía se rascan el coyol lamentándose de la lucha magisterial.
Anunciando malos gustos como si fueran nobles europeos. Cuadripléjicos, nunca
han dado un solo paso en la vida pero se atreven a ser críticos. ¿De qué?. Son
peones del sistema y, se creen libres. ¿Eso no es un prejuicio?.
Los filósofos
en México son más conservadores que los propios panistas; les está vedado el
pensar, el actuar. Muestran títulos, grados pero casi nunca el seso. Les agrada
citar y citar pero nunca mostrar ideas propias. Y, habremos de padecerlos como
una calamidad incurable.
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