En
México no se necesita mucho para mantener al pueblo sometido al yugo de los
tiranos. No es como lo dicen algunos de mis amigos y conocidos que los
gobernantes sean inteligentes. Ya sabemos del nivel intelectual que tiene el
primer mandatario, es decir, el preclaro de Peña Nieto y de ahí se sigue lo demás.
Divide
e impera es la divisa de todo gobernante tirano. Se trata entonces, de dividir
un problema en cuantas partes sea necesario y posible para así encontrar
soluciones parciales a un problema complejo y al final decidir sobre el todo. En
política se trata, además de indisponer a unos contra otros para que entren en
pugna y el gobierno en turno salga por lo menos airoso del trance.
De
esta manera ha encarado el gobierno actual las reformas entreguistas que han
sido necesarias para la plena dominación del pueblo mexicano. Véase la promulgación
de la Ley de Asociación Público Privadas, la Ley del Trabajo, La Ley Educativa y próximamente la Reforma Energética y se verá
el génesis de la privatización de la vida. Uno a uno han sido aislados los
problemas y se les ha tratado de tal manera que el pueblo no discuta sobre la privatización
de los servicios públicos; que los trabajadores hayan quedado solos en la cosa
laboral, que los maestros estén solos en la en su lucha y que en seguida los
amansados obreros petroleros sean presa fácil en la privatización de Pemex.
Las
luchas parciales se les dan soluciones parciales para después sumar el todo y
hacer un balance total. En este rubro vamos perdiendo la guerra. Las pocas
voces que se elevan en contra del dictador idiota son estériles. Muy mucho nos
lamentaremos de esta ceguera o por lo menos miopía nacional sobre los temas públicos.
Sin unidad estamos perdidos. Donde quieran que estén los cobardes obreros de
Pemex, les auguro un mal desenlace por su pasividad en esta lucha. Que cobardía
que mientras nosotros luchamos por salvar a Pemex ustedes meten la cola entre
las patas.
Unamos,
marchemos juntos hacia la victoria o hacia nuestra muerte pero unamos. No tengan
temor hermanos. Nacimos para morir y quizás para realmente vivir, ¿qué importa
la vida sin peligro?. Aún no está determinada la vida. Al
contrario de lo que dicen lo tiranos digamos unamos y venceremos.
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