EL MINOTAURO

El genial Nicolás Maquiavelo en su obra “Del principado”, aconseja que el gobernante en turno sea virtuoso y en caso de que no tenga virtud alguna, por lo menos lo parezca, lo simule para obtener legitimidad y autoridad. El gobernar se debe hacer con la menor violencia posible y solo cuando sea necesaria la fuerza se debe aplicar. Con el gobierno de enrique Peña Nieto y de Miguel Ángel Mancera no ocurre que tengan virtud alguna. La Ley del Garrote no puede ser tomada como una virtud. Lo anterior, es así, dado que el mismo Maquiavelo recomienda al príncipe que gobierne como si fuera un Minotauro. Es decir, que muestre el lado humano y solo cuando sea necesario muestre la bestialidad, la fuerza del Estado. No pudiendo entender las necesidades del pueblo y siendo lacayos de la burguesía, estos dos gobernantes han mostrado solo el lado duro, bestial del Estado.

Un gobierno de este tipo no puede ser menos que cruel con sus gobernados y por ende, debe ser combatido por el pueblo en general y por todos los medios posibles. Cuando el florentino escribió su obra faltaban medios de comunicación y medios democráticos, tanto en teoría como en la práctica, y era posible aplicar en buena medida la Ley del Garrote en contra de los gobernados.

Se cuenta que Salinas de Gortari era afecto a la obra de  Maquiavelo y que incluso era su libro de cabecera y que un día si y el otro también, aplicaba la Ley del Garrote a sus opositores políticos. Una mente perversa como la de Salinas no dudo en sacrificar en la hoguera de la corrupción a toda su familia. No le importó el descredito con tal se hacerse millonario. Su hermano Enrique muerto, Raúl en la cárcel, su cuñado Francisco asesinado, Colosio sacrificado y la lista de crímenes es interminable.

El poder es la droga (por decirlo de esta manera), más poderosa jamás superada. Por el poder se puede llegar al asesinato, a la matanza, al genocidio, es decir, aplicar en la política el lado siniestro, bestial del poder. Esta es la receta que le están aplicando a los mexicanos conscientes de que se les está sometiendo a un régimen económico injusto, bestial por un gobierno de la misma calaña.