Rafael
Moreno Valle da variadas y extensas explicaciones sobre las supuestas bondades
de la “Ley para Proteger los
Derechos Humanos y que Regula el Uso
Legítimo de la Fuerza, mejor conocida como la “Ley bala”
que criminaliza las marchas pero no explica los monárquicos gastos de derroche que
hace, ni su mal gobierno. Hay que ir al fondo del asunto, es decir, a la raíz del
problema. Las marchas son los efectos de los malos gobiernos que han existido
en Puebla y en particular el de Moreno Valle. Se pensaba que con la alternancia
se lograría dar un paso hacia la democratización del poder y resultó que el actual
gobernador hace parecer al gobierno de Mario Marín como moderado.
Tan
luego entró Moreno Valle al gobierno los impuestos y los atropellos se dispararon
exponencialmente. Todo para controlar el Estado con miras a construir su
candidatura a la presidencia de la Republica. Prácticamente tiene ya el control
de los órganos, judicial y legislativo y al Estado de Puebla. Por si fuera poco
controla al Partido de la Revolución Democrática, dándose el lujo de ordenar
que el Secretario de Gobierno, Luis Maldonado se afilie al PRD. Asi, el PRD ni
es gobierno ni es oposición sino la sirvienta de las malevolencias del
gobernador.
No
serían necesarias leyes para criminalizar las marchas y protestas si el
gobernador fuera demócrata y se ciñera a la voluntad popular. Pero, en Puebla
la voluntad popular se acalla con el uso del garrote y la promesa cierta del uso
de balas. Por estos medios, Rafael Moreno valle ha construido una monarquía que
no oye al pueblo ni da concesiones a los ciudadanos. Todo se reduce al egocentrismo voluntarioso y
caprichoso del actual “Primer mandatario”.
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