Pedro
Joaquín Coldwell, acudió hoy 29/05/14, al
noticiero de Carmen Arístegui a tratar de convencer a los mexicanos de su
inocencia con relación al puesto de Secretario de Energía que tiene y ser contratista
de Pemex relativas a las gasolineras que tiene; y no solo se jactó de su inocencia
sino de su honestidad mítica de cuarenta años de servicio público, sin mancha
alguna.
Todo
el discurso de Coldwell es de cuño tradicionalista del más rancio y viejo priismo,
el mismo, es uno de los veneros de donde emana la sofistiqueria priista.
Coldwell,
inicio su perorata aduciendo que el cargo de Secretario de Energía es
totalmente compatible con tener acciones en gasolineras. Todo es legal. Es
evidente que no todo es legal y aunque así lo fuera, esta legalidad es fatalmente
favorable a los funcionarios públicos y a los políticos para hacerse de dinero,
bienes y servicios indebidamente. Pero Coldwell afirmó que no es ambicioso. La máxima:
“Dime con quién andas y te diré quién eres”, inmediatamente se dirigió hacia él,
sentencia inapelable. Pedro Joaquín pertenece al grupo de priistas que
concertaron el fraude electoral del 2012, pertenece al grupo en donde están Carlos
Salinas, Mario Marín, Ulises Ruiz, Humberto Moreira, Fidel Herrera, Cuauhtémoc Gutiérrez,
Manlio Favio Beltrones, Emilio Gamboa, Arturo Montiel y la lista es larga como
para ponerla siquiera un poco acabada. A ese grupo de maleantes pertenece
Coldwell, con ellos anda, puro ambicioso en extremo.
Siguió
alegando que no entró a la política por negocio sino por vocación de servicio,
provisionalmente le voy a creer, es decir, suponiendo sin conceder, que es político
y ha sido funcionario por pura vocación. En los cuarenta años que lleva sin
trabajar en el sector privado no se le ha hecho un solo reconocimiento público
por el pueblo a su vocación, por el contrario fue y es parte de los políticos que
han empobrecido a la nación mexicana. Si realmente fuera honesto debería estar
sirviendo gasolina en sus negocios y no sería dueño de las mismas. Ser
despachador de combustibles es un trabajo honesto y mal pagado, no así, el ser
dueño de dichas concesiones.
Dice
que, como Secretario de Energía no les daría una concesión a sus familiares ni podría,
eso está en el terreno de las ingenuidades, no les daría una les daría decenas
de concesiones. No lo haría directamente, pero sabemos que indirectamente o a través
de testaferros o prestanombres los políticos y funcionarios se hacen de todo
tipo de bienes públicos, de negocios, concesiones o lo que sea que vaya a
dejarles ganancia. Simplemente Coldwell no quiere dejar la ubre.
Los
señalamientos de los políticos de oposición dice que son ataques políticos; esa
es la defensa invariable de los políticos; son inocentes todo es, como lo
dijera Carlos Salinas “Política ficción”. Coldwell si fuera decente y honesto dejaría
de ser Secretario de Energía y se pondría a trabajar en sus negocios de venta
de combustible ya es hora de que se cambie la mentalidad de los políticos viejos
por una mentalidad autentica de servicio o menos corrupta a lo menos.
“Las
confesiones de Coldwell”, no tienen desperdicio (contienen la quintaesencia del
pensamiento priista), pero llamar
valiente a Peña Nieto con relación a la reforma energética, es una exageración sin
precedentes, la cosificación mercantil de la vida nunca puede ser valiente sino
una ruindad. Es del conocimiento público la cobardía y la ignorancia de Peña
Nieto que no necesita demostración ya que el aludido se encarga de mostrarlo y
demostrarlo cuantas veces haga falta y aunque no haga falta, solo se enreda y
se vuelve a enredar.
Alaba
la reforma energética, poniendo el periodo de los años ochenta del siglo pasado
como una política económica errada y desastrosa como si en esos años no
estuviera en apogeo el priato del cual formó parte. Algo comparte con Peña
Nieto: el olvido y la estulticia.
Finalmente
reconoce que en caso de otorgarse contratos de exploración en terrenos aun ejidales
el Estado, podrá, por la fuerza tomar posesión de los mismos a través de la
fuerza pública. Es evidente que se prepara el despojo, saqueo, explotación y destrucción
del campo, la flora, fauna y todo lo que se atraviese con tal de sacar la mínima
gota de petróleo. El negocio es negocio dicen los mercantilistas.
Este
pensamiento y práctica de la política corrupta es producto de décadas de tradición
genética priista; es el vicio convertido en política de libertinaje; es el
dolor gotoso del vicio úrico que duele y daña al pueblo mexicano. Este pensamiento
gotoso, esta práctica gotosa de la política corrupta es el edificio que se debe
desmantelar gradualmente pero sin descanso. No importa que a estas generaciones
toque el inicio del saneamiento de la Republica y que otras lo terminen y sigan
defendiendo; la patria, la libertad, la legalidad real, la democracia real son
primero. Bien se sabe que ese caminar gotoso del Estado mexicano es el efecto
de la borrachera priista que le ha causado ese ácido úrico que le impide al
buen andar, la salud, la fuerza, la inteligencia y sobre todo el bien común.