Ordenaron en secreto y luego hicieron público el aumento de la gasolina.
Sabían que se les iba a venir el mundo encima. Como estrategia para ello
mandaron a Peña Nieto de vacaciones por dos motivos para que no sufriera los
reclamos ni contestara preguntas incomodas sobre sus declaraciones de ya no
haber aumentos en el precio.
Como nana política dejaron a José Antonio Meade, para dar las
explicaciones sobre el aumento del costo de la gasolina. Claro iban a ser
explicaciones contrarias a las de Peña Nieto que como es su costumbre pone en práctica
la política del avestruz, meter la cabeza en el subsuelo dejando el trasero en
el aire.
No tienen inventiva, ni idea de lo que debe ser la comunicación social
ni idea de cómo proceder ante su propia tontería. Peña Nieto esta ya rebasado
por la realidad sin ninguna esperanza de poder terminar bien su sexenio. Un
sexenio más perdido por la cúpula priista porque los priistas comunes y
corrientes son víctimas de la propia maldad de sus líderes. De aquí en adelante
solo se espera un: “Corre Peña, corre”.
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