Se
piensa en las vacaciones o en los días feriados como una recompensa justa por
las temporadas de trabajo y, esto en parte es así; sin embargo, a menudo el
trabajo es plena enajenación que lleva a los seres humanos al hastió. De esta
manera se distribuye el año o mejor dicho la vida de los seres humanos; en una planeación
en la que no intervienen de común. El hastió es tal que debe haber temporadas y
días en los que se huya del mismo para regresar mansamente cansado.
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