viernes, 9 de diciembre de 2016

HUMOR NAVIDEÑO





Algunos Senadores perredistas rompieron una piñata con la apariencia de Donald Trump. Esto no tendría consecuencia alguna si los problemas del Estado mexicano no fueran un verdadero desastre y que, con mucho es por la forma corrupta de hacer política. Se comportaron de una forma pueblerina, infantil, vulgar e irracional. Puede ser por la impotencia de hacer buena política que hicieron esto.

Es bien sabido que, los políticos son ignorantes, poco cultos, a excepción de pocos. Maquiavelo escribió su obra “Del Principado”, lo más escueta posible, sabiendo que los políticos leen poco y piensan mal. Cada que un político habla, sueltan todo tipo de inexactitudes. Esa misma limitación se ve reflejada en sus hechos y actos. Ponerse a grita como si estuvieran en la cantina o un estadio de fútbol “Eeeeh, puto”, con toda la parafernalia inconsciente de quienes deberían ser y lo que representan, es una lástima. La mentada de madre fue su examen para recibir el grado de pillos y picaros. Mostraron de golpe y porrazo lo que son en verdad unos vulgares arribistas de la política.

Claro el más entusiasta instigador de tales hechos, Miguel Barbosa, ha tratado, con su infantil inteligencia, de minimizar lo ocurrido, diciendo que es “Humor navideño, solo eso” y “formas de expresión”. En su limitación intelectual, el Senador no advierte que con ese humor navideño y con esas formas de expresión, no va a solucionar uno solo de los problemas ni siquiera de su partido. Pueden alegar todo lo que quieran, lo cierto es que, es un desatino mayúsculo. Puede seguir, Miguel Barbosa con sus baladronadas, decir que no se arrepiente y manifestar que si tuviera frente a frente Trump le escupiría la cara. Que vaya a los Estados Unidos y lo cumpla. Es Senador y tiene los medios. La diplomacia en el estiércol. Hacen fiestas con dinero público para grabar sus bajezas y salir ufanos a jactarse de su ignorancia.

Ahora bien, no queremos políticos timoratos pero tampoco que hagan gala de su profundo conocimiento de cantinas y lupanares de la más baja ralea. Hace falta oficio, sensibilidad, prudencia en los hechos y actos de los Senadores de la república; no están como cualquier ciudadano sino representando la cosa pública. Tienen la investidura pública. No es una gracia la que hicieron. Representan mal lo público. Confunden, por su ignorancia y bravuconería, la defensa de los mexicanos con la algarabía torcida de su naturaleza humana. Están bien torcidos y querer que solo lo veamos como “humos navideño, solo eso”, es pedirnos que avalemos sus ñoñerías incalificables.

Esta la Constitución General de la República, con las base para el actuar de los representantes de los tres órganos de gobierno y a ellas deben ceñirse. Están los medios diplomáticos para que la Secretaria de Relaciones Exteriores haga lo conducente. Hay otras formas de expresar el desacuerdo entre Senadores y el presidente electo de Los Estados Unidos de Norteamérica. Está la razón en su caso pero en lugar de ello Miguel Barbosa prefiere el humor navideño que no es otra cosa que sus limitaciones intelectuales y académicas. Esa fue su confesión. Hay una pregunta para el Senador: ¿Qué sigue?


No hay día que no nos avergüencen estos Senadores, políticos y gobernantes. La decadencia más espantosa, la chunga vil como política nacional. ¡Que tiempos, que costumbres!.


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