En
el caso del doctor Mireles, la estrategia del gobierno de Peña Nieto es simple
pero ineficaz, lo envía a una cárcel de Hermosillo, Sonora con el fin de
apartarlo de su familia, amigos y de su entorno natural y social para doblegar
su ánimo y cortarle toda ayuda. Por favor, eso ya lo vimos con Porfirio Díaz
cuando enviaba, a sus enemigos o a quienes no querían someterse a su mala
voluntad, a Oaxaca y a Yucatán bajo las
condiciones más brutales con el fin de doblegarlos y aniquilarlos física y
mentalmente.
Este
mal gobierno de Peña Nieto, por decirlo moderadamente, usa las mismas tácticas de
Porfirio Díaz y contra eso, el pueblo tomó las armas; en el caso actual este
gobierno está incitando al pueblo a tomar el ejercicio directo de la soberanía y
terminar con esta tiranía. No dejemos que el Neoporfirismo se enraíce, después lo
vamos a lamentar.
No
vamos a olvidar ni a dejar al doctor Mireles en la cárcel bajo ninguna
circunstancia ilegal, tal y como ocurre en el presente caso. Cuatro años le
quedan al tirano, tenemos toda la vida para seguir combatiendo. No le va
alcanzar el tiempo a Peña Nieto para sus trapacerías tal y como le ocurrió a Díaz.
Ni olvido ni apatía.
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