Desde
que se dio a conocer la “Ley Bala”, el gobierno del Estado de Puebla nunca pudo
justificar el uso de armas letales en contra de manifestantes. No obstante, los
argumentos flacos del gobierno, el Congreso de Puebla, aprobó dicha ley a
pedido del gobernador. Es sabido que el gobernador en turno tiene a su disposición
a los otros dos órganos (Legislativo y Judicial), aunque se diga que hay
independencia. Por si fuera poco tiene bajo su control al Partido de la Revolución
Democrática, partido que llevó a Rafael Moreno Valle al gobierno. Este favor se
los pago relegándolos a segundo y hasta el tercer plano. Es muy significativo
que en el 25 aniversario del PRD los panistas de Puebla hayan estado en primera
fila, festejando con gran entusiasmo. Hoy el PRD ni es gobierno ni es oposición.
Triste situación. En este contexto comprobable, se colige la inexistencia de la
democracia.
En
la preparación de su campaña para su candidatura el actual gobernador, realizó
todo tipo de hechos, actos con estrategias tendientes a posicionarse como el
candidato a la presidencia de la República. Si el gobierno federal tiene su
loca carrera por privatizar, el gobierno de Puebla no se queda atrás; el
transporte y el agua son dos ejemplos de ello. Por si fuera poco les quitó a
los presidentes auxiliares las facultades sobre la seguridad pública y el
servicio del Registro Civil de las Personas. En vista de protestas se publicó
la llamada “Ley Bala”. La práctica de dicha ley se llevó a acabo el día nueve
de julio de dos mil catorce con el asesinato de un menor en Chalchihuapan, Puebla.
Las
explicaciones del gobierno han sido un desastre que ninguna persona en su sano
juicio cree. Las protestas y denuncias contra el gobierno de Puebla han calado
hondo. Ante este hecho, Rafael Moreno Valle procedió a criminalizar a los
pobladores agredidos y que a su vez agredieron a la fuerza pública. Las
discordancias entre las declaraciones del procurador y el propio gobernador son
evidentes y restan cualquier credibilidad al gobierno.
No
son hechos aislados los excesos de autoritarismo por parte de Rafael Moreno.
Cualquier persona o grupo que se oponga o critique al gobernador es,
inmediatamente puesto en la lista de criminales que deben ser puestos tras las
rejas. La lista es larga y seguirá creciendo. La situación política es precaria para el
gobernador y en aras de seguir detentando el poder, el mismo ha ordenado al
Congreso de Puebla, la derogación de la “Ley Bala”. Pero esto solo es lo público.
En las redes sociales se ha desatado una campaña mediática con declaraciones de
policías heridos y toda clase de justificaciones del proceder de Moreno Valle
en el operativo en San Bernardino Chalchihuapan, Puebla. ¿Quién paga esta
campaña?, de manera indiciaria debe ponerse a quien se beneficia, es decir, al
gobernador.
El
estado psicológico del gobernador de Puebla es, en general, la de un tirano;
soberbio, egocéntrico, adicto al culto de la personalidad, banal, vanidoso y
con una percepción de la realidad fuera de toda vivencia y razón, siempre
alejado del pueblo desconoce lo mínimo de la realidad social. Para Moreno Valle
lo único que cuenta es, la construcción de su candidatura para la presidencia
de la Republica en las próximas elecciones presidenciales del 2018 y que ha
tratado de construir con dinero público, mismo que gasta a raudales y sin
rendir cuentas claras.
El
estado psicológico concreto de Rafael Moreno Valle, en estos momentos nos lo da
toda la campaña que ha desplegado el gobierno para tratar de minimizar los
daños que pueda recibir su administración. En primer término está la criminalización
de los pobladores de Chalchihuapan, Puebla. Cuando esto no funcionó puso en
marcha toda una campaña en las redes sociales y los medios tradicionales de comunicación
para desviar la atención del pueblo. Las explicaciones que ha dado su gobierno tiránico
no ha logrado evitar tapar la verdad, con la “Ley Bala” se puede matar impunemente.
El propio Rafael Moreno Valle se ha dado cuenta de su monstruosidad. Su estado psicológico
no es de reflexión y arrepentimiento sino de soterrada estrategia para no ser
responsable por la muerte del menor ni de cualquier otro efecto por su mal
gobierno. Si Mario Marín horrorizaba por su cinismo, Moreno Valle lo supera por
su cinismo frio. Solo le importa su candidatura, tiene esa idea fija porque
cree estar destinado a ser otro iluminado. El gobierno de Puebla hace uso sistemático de la
mentira como verdad, reforzada por una campaña mediática. Esta patología nos da
la pauta para avizorar el tamaño de su enfermedad mental y su ambición extrema apoyada
en métodos fascistas. Sin embargo, su proceder nos muestra
que es un sociópata empedernido. Si se hiciera un estudio libre de toda coacción
se vería que en México hay sociópatas, psicópatas y toda clase de enfermos
mentales y desviados que no tienen la mínima empatía para con el pueblo. Uno de
ellos gobierna el Estado de Puebla.
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