sábado, 26 de julio de 2014

LA VIGENCIA DE LOS DIOSES



Las religiones monoteístas usan las creencias de un solo Dios bueno, eterno, amoroso y omnipotente para descalificar a priori las demás creencias. Esto no basta y entonces, se hace toda una campaña maniquea (principios, del bien y el mal en constante lucha), en donde el Dios cristiano es el verdadero (principio bueno) y todos los demás son Dioses falsos (principio malo). Por lo general el cristianismo pone al Diablo como lo malo sin llamarlo principio pero que no hay duda de que, para efectos prácticos se toma como principio malo con sus variantes. El maniqueísmo coincide con el cristianismo ya que ambas religiones desprecian la vida, lo material y ponen de relieve lo espiritual.  

Todas las religiones son interesantes por su incesante búsqueda de respuestas místicas sobre la vida pero, son nocivas por sus prácticas realmente disparatadas, llegando al fanatismo y la lucha a muerte para con los disidentes. Millones han muerto por no creer en las invenciones divinas.

En todo tiempo ha sido el peor pecado y error factual el ir en contra de las creencias ciegas establecidas. Los Dioses en todas épocas han sido intocables y generalmente la consecuencia en no creer en ellos, es, la muerte. Sin embargo, los dioses como invenciones humanas tienen vigencia mientras existen creyentes; terminadas las creencias ciegas los dioses se van al cementerio del semi-olvido y allí vagan como sombras y solo reciben visitas de los historiadores, arqueólogos y sus psiquiatras; también los dioses enloquecen.

Los dioses de Babilonia eran todopoderosos, los dioses egipcios hacían de las suyas, lo mismo pasaba con los dioses griegos y romanos y en general, todos los pueblos han tenido, con variantes, a sus dioses como los únicos todopoderosos.

En México ¿Quién podría dudar de que Huitzilopochtli era el dios de la guerra y todopoderoso encargado de mantener la vida?. En este contexto las creencias cristianas no tienen mayor credibilidad sobre las demás religiones. La única diferencia entre el cristianismo con las demás religiones es la vigencia; el cristianismo está vigente, las demás tuvieron su vigencia. Para efectos de conocimiento, de filosofía, de la verdad el cristianismo esta al mismo nivel (y eso quizá sea un exceso), de las demás religiones: pura fe ciega.

Es evidente que los científicos y filosóficos estos también creen en sus conocimientos, sería absurdo que no lo hicieran pero lo hacen con base en la razón, la lógica, la ciencia, es decir, los hechos comprobables; su fe no es una creencia ciega sino con bases. Por el contrario, los teólogos de todas las épocas creen ciegamente en una divinidad nunca comprobable por ningún medio. Esta falta de comprobación ha tenido que tomar las armas en contra de los infieles o herejes, sembrando masacres por doquier.

Ahora bien, el cristianismo gradualmente va perdiendo vigencia y esa preocupación lleva a constantes evangelizaciones entre los pueblos más ingenuos. Hoy día, el Vaticano ha puesto su mira en Latinoamérica. México fue hace poco más de cuarenta años el preferido con la frase pomposa “México siempre fiel” y que el pueblo se creyó. Brasil y Argentina son importantes para el Vaticano, llevando la ventaja este último por ser patria del actual Papa.

Otra ventaja tiene el cristianismo y que otras religiones ya abrogadas no tuvieron; ser manejadas como cualquier otra trasnacional. La estructura piramidal del Vaticano con un gerente general (el Papa), subgerentes regionales, nacionales hasta llegar al sacerdote más modesto es todo un entramado bien construido de recaudación y de control social. Los niños creen en “El Coco” los adultos Dios, en santos, vírgenes, ángeles, querubines, arcángeles y demás; es decir, la mentira se multiplica. Las mentes infantiles no necesitan mentiras complejas, las de los adultos sí. En la medida con la que los seres humanos crecen necesitan ser iniciados en los misterios religiosos; es decir, gradualmente se van haciendo más complejas para que mantenerlos atrapados entre la bruma.

Si se comparan los logros positivos de la ciencia contra los logros positivos de la teología rápidamente se puede ver que en tampoco tiempo la primera ha sobrepasado a la segunda y quieran o no, han tenido que aceptar que, aunque sigan combatiendo a la ciencia, es esta la que ha iluminado al mundo y no la pretendida luz divina.


La ciencia como producto humano no pretende ya ser absoluta ni infalible. Por el contrario, es bien sabido que la ciencia ha tenido que hacer diversas revisiones de sus logros y otras tantas correcciones. Por el contrario la teología en todo momento pretende el absolutismo y la infalibilidad y ha fracasado estruendosamente. No obstante lo anterior, se debe permitir que las personas sigan creyendo en las ideas teológicas vigentes; solo los individuos pueden prescindir de la metafísica teológica, las masas están impedidas.


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