jueves, 24 de julio de 2014

DE LAS REVOLUCIONES ARMADAS A LA TOMA DE CONSCIENCIA



Si en los individuos es difícil y casi imposible cambiar radicalmente su manera de ser, más lo es, con relación a lo social y al Estado nacional. La gente se torna pesimista debido a no ver resultados inmediatos en la transformación de la sociedad para bien, otro tanto pasa con el Estado mexicano lleno de corrupción por todos lados y a todas horas. No hay día en que no se entere la sociedad mexicana de un nuevo acto de corrupción sin que los responsables sean tocados en lo mínimo por la justicia. Debe comprenderse que, la costumbre de casi cien años de corrupción no puede acabarse de un plumazo. No, las cosas no funcionan de esa manera.

Véase a los individuos y se verá que gradualmente se llenan de hábitos y de costumbres que le impiden cambiar. Si a esto se le suman las carencias económicas, educativas entre otras se tendrá al individuo en constante combate con la vida. No obstante, hay otra razón por la cual los movimientos sociales como las revoluciones armadas se han perdido. Antaño había solidaridad sobre causas nacionales y contra la injusticia y no había otra manera de acotar el poder político y económico que no fuera a través de las armas. ¿Quiere decir esto que ya no existe la solidaridad?, no en los términos de antaño. El Neoliberalismo impone una híper individualización; es decir, impone que este primero el individuo que el grupo social.

Esto no significa que este mundo sea más malo. El ser humano ha cambiado poco en sus ambiciones de poder; quizá solo se hayan añadido nuevos métodos pero el político sigue siendo tan malo como en los viejos tiempos. Ahora bien, se debe tener en cuenta el momento histórico en que se vive y hoy, han cambiado los métodos para combatir el mal uso del poder que son más o menos efectivos. Las redes sociales han substituido a los medios tradicionales y se ha buscado frenar los abusos del poder político con cierto éxito. No deben desdeñarse los cambios significativos que ha traído el uso de las redes sociales para combatir a los malos gobernantes y políticos. Claro que son insuficientes los cambios, comparados contra la mega corrupción gubernamental imperante. Sin embargo, la realidad es así y no va a cambiar mientras los individuos no cambien para bien. En efecto, si en los individuos es extremadamente difícil que un número considerable de ciudadanos se organicen para combatir a los corruptos y todavía más difícil es que se llegue a un consenso general a nivel nacional; esto se debe a que el sistema económico está basado en la híper individualización; así, ocurre que el individuo piensa primero en sí y para sí, ante que para el colectivo. No todo está perdido. Siempre existen fuerzas internas incontrolables que equilibran el sistema político para bien común; ya sean, grupos o individuos que o no tienen otro camino que la protesta o la toma de consciencia y el paso a la acción política. Creo que la toma de consciencia es lo más difícil pero lo más valioso que puede hacer un ser humano para lograr ser actor en su época y por sí mismo. Es mentira que los mexicanos, todos, seamos apáticos, ignorantes y todo lo que se dice. Por mi parte veo mexicanos, hijos de su tiempo que se sienten ya ajenos al pasado oprobioso de la política. Por desgracia no se ha llegado al número suficiente para cambiar en definitiva este sistema pero, existen tales mexicanos. Recuerden que lo social cambia lentamente, desesperadamente lentamente. Pero, no por ello se debe tirar la toalla con un mohín de desesperanza. No, por el contrario, quizá, la lucha armada no sea la respuesta definitiva ni la única y en esta Híper modernidad las redes sociales sean una buena parte de la lucha. Es mentira que no se gane cosa alguna denunciando los hechos corruptos, los delitos políticos y el abuso del poder. En su pleno apogeo Mario Marín soñaba con ser presidente de México y su abuso lo quitaron de la escena. Claro, sobran políticos corruptos que inmediatamente ocupan el lugar del fruto podrido.  

Si se quiere cambiar este sistema corrupto por uno mejor se debe cambiar individualmente y aportar lo que cada quien pueda y se verá que no es imposible cambiar lo malo por algo mejor; eso sí con la consabida lentitud. Se pregona que a los mexicanos nos falta valor para hacer otra revolución; creo que es erróneo; contra los tiranos del temprano siglo pasado no había otra opción. Contra los tiranos actuales buena parte de la lucha ciudadana se concentra en las redes sociales; esto lo puede atestiguar bien Rafael Moreno Valle, el hasta hace poco gobernador de hierro ha tenido que recular en sus nefastas ambiciones de poder absoluto. Es tan valiosa la acción armada como la toma de consciencia. Allí están los mejores intelectuales mexicanos denunciando y criticando los abusos de los gobernantes. También están los periodistas de bien ganada fama y respeto exhibiendo a los políticos y gobernantes corruptos. También están los luchadores sociales haciendo su labor y en general veo a muchos con plena consciencia de que está mal el gobierno mexicano y contribuyendo a poner a la luz pública todo exceso. Faltan eso sí, mexicanos como los hermanos Flores Magón, osados, inteligentes que denunciaban en sus periódicos los excesos del porfiriato. Debo reconocer que la práctica del sacrificio por los demás escasea. Claro, primeo está el individuo. Animo, sistema económico y político diferente, medios y métodos de lucha diferentes.

Hemos pasado de las revoluciones armadas a la toma de consciencia pero nos falta más acción política en contra de los malos gobernantes, que al parecer son el 99%. Bien la culpa de que sean casi todos los gobernantes malos y corruptos es nuestra responsabilidad y culpa; son unos hijos de puta pero, son nuestros hijos de puta

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