El
Estado mexicano (Territorio, gobierno y población) parece que le queda un largo
camino para consolidarse y una corta vía para ser un anexo, un apéndice de la
Casa Blanca, del Fondo Monetario Internacional o de las grandes trasnacionales.
Cierto que el pueblo consciente resiste los brutales embates de estos tres
entes.
Ahora
bien, no se puede escapar a la época. Inevitablemente se pertenece a un
determinado periodo de tiempo. El lugar para vivir, por el contrario, se puede
eventualmente cambiar. Vivir en una era es aceptar se quiera o no la forma
general de vida, los usos, los gestos, los vestidos, el particular sentir
general y de cada región, es comportarse según se acostumbra, es producir y
sentir la música y el arte de manera particular, es pensar como respuesta a lo
inmediato y vivir bajo la forma de gobierno existente.
En
nuestra época, sin embargo, la forma de gobierno a la que todos los pueblos
aspiran es, la de un gobierno que respete las garantías individuales y los
derechos humanos. Esto está íntimamente ligado al sistema económico y político.
El gobierno de un estado que no vele por estos dos rubros está destinado a
fracasar en todo lo positivo.
La
nación mexicana (y aquí quiero hacer la separación entre Estado y nación) ha
intentado por todos los medios de constituir un estado independiente, hasta
donde se puede serlo; con cortos momentos de triunfo (la independencia, la
guerra contra Francia, la revolución) muy caras para la nación pero
dolorosamente satisfactorias y, largas temporadas de pax impuesta, ya por el
porfirismo (más de 30 años) o por el partido único de Estado-PRI (más de 70
años más el anexo que corre). Claro el priismo de antaño no es el mismo que el
actual. El primer largo periodo de priismo fue cerrado hasta donde pudo, el segundo
y actual es abierto, esto tiene sus consecuencias enormes. El viejo priismo era una tiranía implacable que
mantenía el control a través de aglutinar tres grandes sectores: el campesino,
el obrero y el popular; el actual, ya solo mantiene y tiene tres cascarones de
esas tres grandes formas de control. Claro que había formas brutales de control
de todo tipo que son ya muy conocidas. Volviendo al tema, se ve que actualmente
al priismo no le importan estos sectores como no sea para mantenerse en el poder político; el
destino de los obreros, campesinos y sector popular incluyendo a la clase media
está en manos de las grandes trasnacionales, es decir, del Neoliberalismo.
El
patriotismo desplegado por el general Lázaro Cárdenas en donde el Estado era
rector de la economía fue cambiado por el actual gobierno de Enrique Peña Nieto
como si fuera un mal que debía ser remediado de inmediato. Repito que no pueden
los seres humanos evadirse de su época. Las órdenes de privatizar provinieron
del Fondo Monetario Internacional, de las trasnacionales, del Banco Mundial y
de la Casa Blanca; los priistas y panistas aceptaron de mil maravillas con tal
de seguir en el poder político y entrar en el negocio privatizador.
Hay
cosas que no se pueden remediar y vivir en la locura mercantilista es una de
ellas ni siquiera los de izquierda quieren dejar de consumir. No obstante, lo
que sí es deseable y se puede es, cambiar el Estado de Corrupción que gobierna
a los mexicanos. Es evidente que, esto no es fácil. Los casi noventa años de
tradición democrática al estilo priista y panista, es decir, de franca
corrupción no pueden borrarse o corregirse de un plumazo ni por decreto. A
pesar de esto, es una posibilidad. Tenemos casos de hecho que nos dan la pauta
para aseverarlo y aunque no los hubiera en la realidad; existe el Estado de
Derecho en la idealidad, en las mentes de muchos que avizoran nuevas formas
pendientes de aplicarse. Por fortuna están los casos de Holanda y suiza por
poner solo dos ejemplos.
El
actual gobierno está hecho de puro pragmatismo, por tal motivo, está impedido
para idear o intuir otra forma de gobierno que no sea la tiranía corrupta que
no respeta las garantías fundamentales ni los derechos humanos. Como todo
gobierno sin recursos económicos, políticos, educativos y de seguridad publica
entre otros, tiene por fuerza que usar de los recursos más viles y derrochar
dinero a manos llenas para simular su ilegalidad e ilegitimidad. No puede menos
que seguir la misma línea por la que llegó.
Este
gobierno está lleno de políticos de muy corta educación en todos los ámbitos;
se han embrutecido con su codicia desbordada y su nula aspiración a los ideales
de libertad, de democracia, de justicia, de humanismo y todo aquello que la
Humanidad ha postulado como rubros necesarios para el sano desarrollo de ella
misma.
La
capacidad cognitiva de los gobernantes y políticos mexicanos raya en los grados
inferiores y muchos francamente están sumergidos en el puto sensualismo sin
lograr siquiera otear que existe el pensamiento metafísico fuera de la
teología, la vida misma es esencialmente metafísica pero, para ellos la vida es
puro materialismo ingenuo, simplón. Es inútil tratar de sacarlos de ese
lamentable estado de turbación, tienen atrofiado el sentido de razón. Para
decirlo en términos aristotélicos, están en sempiterna potencia nunca en acto.
Les está vedada la inteligencia, solo se contentan y están muy a gusto con su
ser simplemente sensitivo. Desprecian la alta educación, el arte supremo, el
conocimiento científico y filosófico. Les parece que salir en revistas
populares, en la televisión de más baja calidad, declarar sandeces, vestir ropa
de marca y evidenciar su corta inteligencia es lo adecuado para la vida. Ni
siquiera se dan cuenta de su desgracia permanente que se diluye hacia la nación
mexicana, envenenándola. Con ello llevaran al estado mexicano a ser solo un apéndice
de una trasnacional, de otro organismo u otro estado.
Este
gobierno está ya predestinado al servilismo, dejando al pueblo mexicano en
estado de indefensión. Los políticos también están cortados de la misma manera
y con el mismo fondo. Para muestra pondré dos ejemplos. El primero, es Peña
Nieto, es publica su deficiente educación académica con lo cual le esta negado
el pensamiento superior, se mueve en este mundo como por entre nieblas permanentes;
el segundo, es Javier Lozano, que no obstante, ser panista trabaja para el
presidente gustosa e incansablemente. Si se compara el primero con Nerón, sale
airoso el cesar romano, a pesar de su cruenta maldad no tenía las limitaciones
intelectuales de Peña Nieto, estaba cultivado en la política, filosofía, el
teatro y la música entre otros rubros. Si comparamos a Lozano Alarcón con el
traidor y perverso Lucio Catilina, sale airoso el romano; tenía la osadía y la valentía
de presentarse al Senado para saber los planes del mismo; solo la intervención de
Cicerón salvo la republica pero, en el último momento de su vida mostró que,
como noble prefería morir combatiendo con la espada en la mano y no como vive
Lozano Alarcón, con estúpida, ridícula y enfermiza actitud pendenciara para con
el pueblo. Les falta cerebro y por ende idea de la vida superior. Vivirán más
bajo que las plantas ya que si bien andan como ellas con pura vida sensitiva
carecen de sus beneficios varios y de la producción de belleza que muchas plantas producen en insospechadas formas y
colores.
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