domingo, 20 de julio de 2014

FEMINISMO REAL, MACHISMO DISFRAZADO



Se ha creído falsamente que la liberación femenina traería una época ilimitada de prosperidad, reconocimiento, logros y felicidad para las mujeres y el mundo. ¡Basta ya de machismo!, era el grito unánime de las mujeres. Y, era no solo ecuánime sino hasta deseable que entraran a dar una reforma de fondo y forma al pensamiento masculino. Un mundo mejor anunciaban. Una política no solo menos salvaje sino amorosa; una vida social llena de besos y abrazos; una economía bien manejada (la mujer hace maravillas con el dinero se anunciaba); todo era pura buena expectativa. Sin embargo, lo que paso fue que, las mujeres entraron al mundo intelectual, laboral, social y económico con los mismos métodos y pensamiento existente, es decir, el de los hombres y han contribuido al desastre del mundo, dándole nuevos dolores.

En un rubro concomitante se encuentran todavía mujeres con la vieja forma con la que vivían en los años 50s y quizá hasta los 70s del siglo pasado, viviendo en las tradicionales viviendas en donde era normal salir a los lavaderos a hacer lo conducente y de manera derivada pero primordial, echar la plática con las demás mujeres; de allí les vienen varios motes no muy afortunados. Las siguientes generaciones reaccionaron contra esta visión corta y quisieron cortar de tajo con el fardo de anatemas y pusieron manos a la obra. La liberación femenina había entrado en escena. Los espectadores esperaban el desarrollo de la obra dramática pero valiente. No obstante, el público se quedó en espera. La llamada liberación femenina ni trajo los beneficios substanciales anunciados ni para las mujeres ni para el mundo. Por el contrario, trajo más trabajo a las mujeres y más responsabilidades (trabajo pagado, trabajo no pagado y manutención más atención para con los hijos), que han traído como consecuencia carretadas de mujeres insatisfechas e histéricas.

Para corroborar mi aserto véase las múltiples manifestaciones en las redes sociales, invariablemente se ve a muchas mujeres inyectando sus desgracias en cada publicación. Generalmente, solo las mujeres hombrunas que han alcanzado el amargo éxito, siendo gobernadoras, diputadas, profesionistas o cualquier otra cosa considerada como exitosa callan en doloroso silencio. La visión del demonio Schopenhauer se pasea burlón por el mundo entero. La vida es sufrimiento interminable. Hasta ahora el feminismo solo se ha volcado a la igualdad de derechos, dejando el mejoramiento para nunca.

Es lastimoso ver a tantas mujeres insatisfechas, frustradas e histéricas publicar sus cuitas vulgares pero esenciales y no verlas, en general, en plena lucha por cambiar para bien el mundo. Quieren el mismo éxito masculino, es decir, el mismo estercolero. Véase a las mujeres en la política y se tendrá la visión más dolorosa y vergonzante de la corrupción femenina y humana.

Es deseable un feminismo que, entre de fondo a limpiar el cieno masculino impregnado en todos los rubros de la vida. La mujer ha adoptado casi todos los hábitos y costumbres impuestas por el machismo, se ha vuelto hombruna; ha perdido esa arma magnifica, su feminidad. Con esto creyó liberarse y solo consiguió esclavizarse y enajenarse léperamente. Toda la psicología del mundo se puede encontrar en las redes sociales, incluyendo a la de las mujeres.

Ahora bien, claro que estoy en contra de cualquier forma de mal trato a las mujeres y a cualquier discriminación y en ese sentido camino junto a las mujeres bien armadas y constituidas. Me gustan esas mujeres que dicen eso está mal, sea hecho por hombres o mujeres y mejoran en todos sentidos las cosas. Por desgracia son las menos, las más quieren los mismo que los hombres. Derechos iguales entre hombres y mujeres significa, en la realidad, psicología y practica masculina, es desear y practicar el mismo error.  En efecto, véase cada cual mujer lo que desea y vera que desea lo mismo y actúa en consecuencia de la misma manera que hombre.


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