Llegará un día en el futuro que las
generaciones venideras se preguntaran ¿Cómo fue posible que un deficiente mental llegó a ocupar el
cargo de presidente de la República mexicana?. Se imaginaran que esta época fue
de gente pasiva y sin valor para que ello hubiera pasado. Se preguntaran que
clase de antepasados tuvieron y quizá se avergüencen de nosotros en un primer
momento. La consciencia y la acción política, al parecer, no nos alcanzará para
impedir que este sistema viejo, caduco, corrupto y tiránico desaparezca pero si
para impedir que en florezca en el futuro.
Las cosas importantes no se logran de
una buena vez y para siempre. Se paga un alto precio en vidas, injusticias,
sangre, represión y toda clase de vilezas por parte de los gobernantes y políticos
tiránicos. Quizá esa sea la tarea de estas generaciones, evitar el crecimiento
de este sistema antidemocrático. Y, entonces, tendremos que decirles, en un
dialogo entre generaciones disímbolas pero unidas por la sincera lucha que pocos
luchamos contra un sistema que nos superaba en todos los ámbitos. Que tal pelea
por nuestra parte parecía cosa de locos. Sabrán que la mayoría nos injuriaba y
volteaba la cara a la realidad. Sabrán que lo hicimos sin el anhelo de falsos
heroísmos. Nuestra lucha está preñada de consciencia y de acción decidida.
Sabrán que nunca nos desanimamos ante las adversidades y la persecución del
Estado. Sabrán que por ese suelo libre corrió sangre nuestra y que ahora yace
justo bajo sus pies. Sabrán que se dio el despertar más importante de
consciencia colectiva en muchos años y que ello nos impermeabilizó contra la
vileza e indiferencia de gobernantes y conciudadanos. Sabrán que esta lucha
tuvo su autoconsciencia y dijo: “No más” a un sistema político-económico que
parecía invencible y que fue tocado en su corazón mismo.
Por todo ello, les decimos que no
necesitamos de reconocimientos ni medallas, todo lo que hicimos fue por pura
consciencia de una realidad envilecida que se debería cambiar. Que si a ellos
les parece una aberración que una persona inculta, tiránica e insensible fuera
el gobernante de la nación mexicana, a nosotros también nos lo parece y no solo
eso, reafirmamos que es una aberración. Y, sin embrago, les decimos que no
llegó al puesto por méritos propios, estaba rodeado de lobos y fieras, de ricos
y poderosos, de tiranos que lo sobrepasaban en crueldad y toda clase de malas
artes y que sabían bien que la nación mexicana no toleraría que llagaran al
poder. Y, que, en consecuencia comprando voluntades con dinero de manos ocultas
y visibles en conjunción con las autoridades impusieron a esa aberración funcional
en la presidencia de la Republica.
Sí, eso lo sabrán, no por vanidad
nuestra sino por un dialogo consciente entre generaciones, unas muertas y otras
vivientes, de una nación que dijo no más a una pasado oprobioso en lo político
y económico pero rico en cultura, arte, pensamiento libre, solidaridad,
filosofía, literatura, lucha, ciencia y
conciencia de sí. Sabrán que estábamos preñados de ansias de libertad y de
democracia y que eso solo nos bastó para nunca claudicar y reír por nuestro
derroche de fuerzas y llorar a nuestros hermanos caídos y a nuestros hermanos
injustamente perseguidos con la rabia de quienes no saben vivir
ni lidiar con la democracia.
Sabrán que nuestro embarazo terminó
dando el tierno fruto dulce de la hermandad entre los mexicanos y que en sus
manos dejamos para que la hagan florecer con razón y
humanismo. Para que no vean en los seres humanos códigos de barras, ni etiquetas
o números sino simplemente y sorprendentemente seres humanos.
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