Una
vez más se evidencia que la clase gobernante y la clase política no están a la
altura que tanto pregonan y que el mundo maravilloso que prometen y que únicamente
ellos ven es palabrería pura. Por la tarde, después del temblor, Joaquín López Dóriga
se desgañitaba, diciendo que los civiles no deberían estar haciendo labores de
rescate y que se pusieran a las órdenes de los expertos y del gobierno. López Dóriga,
no se dio cuenta de la urgencia del momento y de que, el gobierno en sus tres
niveles estaba pasmado sin saber que hacer de momento.
Las
preguntas son evidentes ¿dónde está el dinero del Fondo de Desastres Naturales,
los 9,000 millones de pesos que tanto presume el gobierno de Peña Nieto?. ¿Dónde
está el dinero en el mismo rubro en los estados?. ¿Por qué es tan ineficiente
el gobierno en sus tres niveles para siquiera tratar de solucionar este tipo de
problemas?. ¿Por qué no se suspenden los contratos millonarios de publicidad de
la presidencia de la república en tanta publicidad banal, así como la de los
gobernadores?. Todas estas preguntas deberían ser contestadas y, no dejar que
siga la política de corrupción, de simulación e impunidad.
Es
la sociedad civil la que ha tomado las acciones pertinentes de ayuda,
solidaridad, de rescate en el momento más álgido. El gobierno ha llegado tarde
y mal. Es bien sabido que, será necesaria la reconstrucción de los edificios públicos
y privados, casas, puentes, todos los daños ocasionados, las pérdidas de bienes
y servicios de la población afectada así como la ayuda a las personas afectadas.
Como en todo desastre hay verdaderos buitres que sin pensarlo se lanzan a la
rapiña y la carroña.
Si
lo anterior es malo se torna todavía más siniestro cuando el gobierno corrupto contrata
a empresas dirigidas por corruptos para la reconstrucción de todas las
afectaciones y, hacen grandes negocios de la tragedia. Es necesario que se
vigile al gobierno pues ya es conocida su actuación en este tipo de desastres
naturales, siempre tratando de posicionarse como buen gobierno mientras hace
negocios inmorales e ilícitos contra el interés general de la nación.
Por
otro lado, el pueblo mexicano debe sentirse orgulloso de ser solidario y ayudar
sin esperar ninguna cosa material a cambio. Es el pueblo quien ha aportado una
parte significativa en lo material y la parte más importante en la ayuda
inmediata a los afectados. El gobierno una vez más ha quedado rebasado por la ciudadanía.
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