Alega,
Lorenzo Córdova junto con otros funcionarios públicos y políticos que al ayudar
a los damnificados con recursos públicos etiquetados para los partidos, se cometerían
delitos. Estos funcionarios públicos y, políticos, que viven muy bien de lo público,
ignoran lo fundamental del Derecho y del Humanismo. En Derecho, ante la
tragedia, se debe escoger, entre salvar un bien mayor o uno menor, salvar al
mayor. El Humanismo nos enseña que se deben privilegiar a las personas por
sobre las cosas y que, ante la tragedia humana se deben romper las leyes en
bien de los seres humanos en desgracia.
No
hay peores delitos que, teniendo los medios económicos, la forma, las leyes rígidas
prevalezcan por sobre las vidas, los daños físicos y, mentales de las personas
y por sobre las afectaciones sobre sus bienes. Una sola vida vale más que una
ley rígida y muchas vidas valen más que un cuerpo de leyes porque si las leyes no
tienen como fin la protección de las vidas humanas y sus bienes básicos, esas
leyes son injustas, no deben obedecerse y, menos en las tragedias y las
desgracias del pueblo.
Los
gobernantes, políticos y burócratas de siempre son insensibles con las vidas de
los gobernados, no les importa otra cosa que no sea su puesto bien pagado pero
el colmo es que se vuelvan espectadores sádicos de las desgracias del pueblo;
eso es inadmisible y ya se les debería estar quitando de los puestos. Ven la
tragedia y el dolor humano a lo lejos y cuando
se quiere poner remedio con el erario se vuelven directores implacables de escena
para seguir viendo la desgracia humana con una sonrisa torcida. No merecen otra
cosa que el repudio popular.
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