Es
bien sabido que el Iluminismo, Ilustración o Siglo de las Luces, tiró literalmente
a pedradas a la monarquía aunque esta sigue existiendo ya no es absoluta como
con Luis XIV en Francia, “El Estado soy yo”, (L'État, c'est moi), dijo
sobradamente el monarca; hoy sirve más como decorativa a excepción de la
oriental que, goza de cabal poder; esto sirve para reflexionar sobre la actual situación.
Los dueños de las grandes trasnacionales saben muy bien que, cuando el pueblo actúa
derriba regímenes y termina épocas y con no muy buenos modales Después inverna
pero de vez en vez despierta de su letargo y cuidado poderosos.
En
el momento actual, tenemos a los nuevos monarcas financieros diciendo en todos
los idiomas: “El Estado somos nosotros”, al puro estilo de Luis XIV y no se ve
como derribarlos; a pedradas no es posible, están muy lejos, bien resguardados
bajo llaves, sistemas de alarmas, soldados, fuerzas públicas, en lo más alto de
las grandes ciudades con el Estado a su servicio. Con todo, la acumulación ilimitada
de bienes y servicios públicos a la propiedad privada traerá irremediablemente
las formas y vías por las cuales esto se termine. Hoy, al parecer no estamos en
aptitud de tirar siquiera una piedra pues al momento nos cae la represión monopólica
del gobierno.
La
guerra, siempre la guerra abre nuevos caminos para la humanidad a través del
dolor, el horror y todo lo malo y, la espada de Damocles se cierne cada vez más
amenazante en nuestra época. La guerra nunca es deseable pero casi siempre es
inevitable. Que lejos estamos del siglo de las luces, en consecuencia reinan
las penumbras, la inseguridad.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario