lunes, 17 de julio de 2017

SISTEMA DE COMPLICIDADES



Los gobernantes romanos para distraer a los ciudadanos les hacían espectáculos de todo tipo, siendo el principal el que se hacía en el Foro, donde de hacían sacrificios humanos, peleas con animales, simulacros de batallas navales y lo mejor la lucha entre gladiadores. Esto podía durar varios días, incluso un mes o más con la repartición de dinero, comida, granos u otras cosas similares. Todo con el ánimo de tener contentos o por lo menos pasivo al pueblo. Ya se practicaba el control social a través de este medio.

Hoy, día se sigue la pauta que los romanos inventaron y perfeccionaron a grados nunca vistos.  Con todo, los gobernantes mexicanos imposibilitados para lidiar con los grandes problemas nacionales y, en concreto con su propia corrupción han adoptado, con sus variantes, el viejo estilo de Panem et circenses, (Pan y circo), para mantener el control del pueblo a como dé lugar. El presidente no tiene empacho en pactar la corrupción y sacrificar que no hacer justicia, a uno de sus cómplices.

Este régimen político tiene bien medido y controlado el sistema judicial, rara vez, ante el universo de corruptos, se ve que a un mal gobernante o político sea juzgado de manera recta. Por cada uno de los gobernantes o políticos que son juzgados se pueden poner como ejemplos cien o más que se van de sus cargos impunes a otro cargo para seguir imponiendo la corrupción como forma de hacer política.

Con la salida de Carlos Salinas de Gortari, Ernesto Zedillo Ponce de León, persiguió al hermano del primero Raúl Salinas de Gortari por toda la corrupción que se le encontró pero que no pudo ser sostenida por la Procuraduría General de la República. Esa fue una oportunidad de oro para lograr que el sistema judicial tomara el camino de la justicia pero todo fue en vano. Al final no se le pudieron demostrar los ilícitos que se le imputaban a Raúl Salinas y le regresaron todo lo mal habido y casi tiene todo México que pedirle perdón público. Fue exonerado y Carlos Salinas pudo regresar de su auto exilio con un triunfalismo sin par para seguir dominando la escena política y hoy lo tenemos como gran beneficiario de la privatización de la industria petrolera.

En tiempos recientes ha habido oportunidades para que los presidentes a través de la Procuraduría General de la República, enderecen el rumbo y nos apartemos del camino de la corrupción. En el año dos mil Vicente Fox tuvo una oportunidad inmejorable pero se acobardó al ver el tamaño del trabajo que tenía que hacer para desmantelar todo el sistema priista. Quiso al tigre, entró a la rifa y se sacó la rifa del tigre pero al ver al tigre prefirió volverse hablador y dicharachero a grados inéditos y dejo escapar la oportunidad y no solo eso sino que se volvió corrupto y dejo que sus cercanos y familiares se sirvieran a placer.

Lo mismo le pasó a Felipe Calderón con el caso ABC y toda la corrupción que tenía como tarea para encaminarse hacia la democracia y la justicia como valor pero torcido como estaba y esta prefirió iniciar una guerra absurda sin medir las consecuencias. Los resultados son de todos sabidos. No conforme con esto, le dio por corromperse hasta perderse en el delirio de tratar de imponer “El reino de Dios en la Tierra”, se sentía y se siente llamado a luchar por fundir al Estado teológico con el laico, señoreando el primero sobre el segundo.

Hoy, hay otra oportunidad para que Enrique Peña Nieto pues de él, depende el Ministerio Público Federal, sin embargo, no se debe olvidar que, hace no mucho Javier Duarte era uno de sus más allegados políticos priistas, más aún, lo ponderaba como uno de los paradigmas políticos del nuevo Partido Revolucionario Institucional. Se sabe que los priistas tienen una complicidad entre los que gobiernan para desviar recursos públicos en aras de ganar elecciones vía la compra de voluntades de los más pobres.


¿Qué se cocina al interior de la Procuraduría General de la República?, no lo sabemos pero si conoceremos los efectos y por los mismos, podremos conocer la verdad a través de la presunción humana y de todos los medios que se tengan para llegar a la verdad. Como sea que sea, de algo si podemos estar seguros. Si se juzga rectamente a Javier Duarte ese será el camino hacia la justicia, en caso contrario, el otrora partido único de Estado, habrá puesto otro clavo en su ataúd. No podrá salir impune Peña Nieto de su propia corrupción y maldad. Hay un principio que dice “A ninguno aprovecha su propia maldad”. Ya veremos si esto es únicamente pan y circo o, un cambio de rumbo. 



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