Hay
días malos y simplemente hay días sombríos que no se pueden olvidar se quedan
grabados a fuego y ese fuego sigue ardiendo día y noche. Hoy fue un día sombrío
que sigue lacerando muy dentro. Era de
mañana cuando recibí una llamada de un número hasta entonces desconocido, era
un abogado amigo mío. Me soltó la noticia a bocajarro. Habían asesinado a un
amigo en común: Mauro Aquino Delgado. Años de convivir y de lucha por la
democracia. Hombre valiente y comprometido con la izquierda y no se acobardó
nunca ni en el final de su vida.
Pasamos
tardes y noches de diálogos como verdaderos amigos como lo hizo con mucho. No
se pierde únicamente una vida sino el tesoro contenido en esa vida. Me contó
orgulloso su vida en el ejército y el trabajo que desempeñaba. Siempre nos
vimos con respeto pero también con alegría. Hoy por la tarde habíamos quedado
de vernos para proseguir los trabajos en pro de la democracia. Nuestro trabajo,
aunque modesto, estaba y seguirá estando en favor de la democracia y todos los
valores que dan pleno sentido a la vida.
No
lo podía creer. Una noticia de este calibre no la esperaba. Ni siquiera tuve el
valor de confirmar la noticia esperando que no fuera cierta. Todo en vano. La
noticia estaba confirmada plenamente. Hable con un amigo en común Sergio Ruiz
Arias, sabiendo la amistad que los unía.
No
murió en cumplimiento de sus deberes como militar sino como director de
Seguridad Pública de un municipio del estado de Puebla. Muerto por las hordas
de delincuentes que se han desatado por la inacción de este mal gobierno.
Muerto por gavilleros y asaltantes. Muerto por delincuentes comunes.
El
castigo a los responsables debe de ser ejemplar aunque con esto no se remediara
ya la perdida que hemos sufrido. Debemos cambiar este mal sistema de gobierno
que le da más importancia a las cosas materiales que a las personas. Este
sistema político es una gran fábrica de hacer unos pocos ricos y millones de
pobres que, ante la debilidad del gobierno, órganos e instituciones la
delincuencia se ha lanzado a delinquir libremente. Si ni siquiera las fuerza
del orden están exentas de ser atacadas y como en el caso presente ser
asesinado ¿cómo pretenden seguir con su discurso de que todo, en México, va
bien?.
El
asesinato de este excelente mexicano no debe quedar impune como no debe quedar
impune ningún delito. Hay días difíciles pero hay días que simplemente son sombríos.
Hasta la victoria siempre, uno de sus lemas que se apropió.
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