Se conoce a un
cierto tipo de mujer nunca a la mujer. Mucho menos cuando esta no es libre. Se
debe liberar a la mujer totalmente para conocerla en su totalidad
espaciotemporal, nunca en su determinación última. Esa no nos pertenece. Hasta
hoy se ha moldeado a la mujer para determinados fines ajena a ella. Que ella irrumpa en la
escena puede espantar a los conservadores y niñetes. El atrevimiento final
puede ser que la mujer haga suyo el mundo para bien o mal.
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